¿CONTRIBUYE LA ADICCIÓN A LA COMIDA A LA OBESIDAD GLOBAL?

En este momento, los científicos están debatiendo activamente si los alimentos altamente procesados ​​son adictivos y si esto contribuye a nuestro continuo fracaso para reducir la obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta en todo el mundo. Dos expertos comparten sus perspectivas desde diferentes lados del debate: la Dra. Ashley Gearhardt sostiene que estos alimentos son adictivos, mientras que el Dr. Johannes Hebebrand sostiene que la “adicción a la comida” no es responsable de las tasas de obesidad.

Los alimentos altamente procesados ​​son adictivos

Dra. Ashley Gearhardt: En nuestra sociedad, existe un conocimiento generalizado de que el consumo excesivo de alimentos altamente procesados, como el chocolate, la pizza y los pasteles, contribuye al aumento excesivo de peso y la mala salud. Millones de personas intentan reducir la ingesta de alimentos altamente procesados ​​cada año, pero pocas encuentran un éxito duradero a largo plazo. Las personas no cambian su dieta incluso cuando enfrentan graves consecuencias negativas para la salud, como amputaciones, ceguera y muerte prematura. A medida que los alimentos altamente procesados ​​se extienden por todo el mundo, vemos que las tasas de obesidad y enfermedades aumentan con ellos.

¿Qué tienen los alimentos altamente procesados ​​que causan tal amenaza para la salud pública? ¿Por qué las personas no pueden dejar de fumar incluso cuando están muy motivadas para hacerlo? Cada vez hay más evidencia de que los alimentos altamente procesados ​​son capaces de desencadenar procesos adictivos similares a las drogas adictivas como el tabaco. Nuestros cerebros están diseñados para encontrar gratificantes alimentos ricos en calorías para asegurarnos de sobrevivir a los períodos de hambruna. Los carbohidratos (como el azúcar) y las grasas tienen un alto contenido de calorías y desencadenan la liberación de sustancias químicas que hacen que se sienta bien en el cerebro. Durante gran parte de la historia de la humanidad, el mejor golpe de azúcar que podíamos esperar era encontrar algo de fruta. La grasa vendría al cazar un animal o al encontrar algunas nueces. Mientras nuestros cerebros todavía están en la Edad de Piedra, la industria alimentaria se ha vuelto experta en elevar los carbohidratos y las grasas a niveles inauditos y combinarlos con decenas de aditivos para crear alimentos antinaturalmente gratificantes. Estos alimentos altamente procesados ​​desencadenan respuestas de recompensa en el cerebro que superan con creces los niveles asociados con los alimentos naturales.

Las drogas adictivas y los alimentos altamente procesados ​​se crean mediante procesos muy similares. Por ejemplo, los seres humanos refinan y procesan una sustancia natural (como una hoja de tabaco) y la procesan en un producto (como los cigarrillos) que tiene niveles anormalmente altos de una sustancia gratificante (como la nicotina) y luego agregan cantidades de aditivos (como amoníaco y mentol) para mejorarlo aún más. Estas drogas adictivas secuestran los mismos centros de recompensa del cerebro que son activados con tanta fuerza por los alimentos altamente procesados. De hecho, los alimentos altamente procesados ​​y las drogas adictivas a menudo se consumen por la misma razón: experimentar una sensación de placer y reducir las emociones negativas. Ya sea que se trate de un alimento altamente procesado o una droga, una sustancia puede volverse tan gratificante que puede desencadenar un comportamiento compulsivo (es decir, la persona no puede detenerse incluso si realmente lo desea).

Los alimentos altamente procesados ​​no son adictivos

Dr. Johannes Hebebrand: La industria alimentaria prospera vendiendo sus productos. En un intento por aumentar las ventas, anualmente se comercializan miles de nuevos productos alimenticios. Los alimentos deben ser sabrosos y de alguna manera deben satisfacer un nicho de mercado. Un número suficientemente grande de personas necesita sentirse atraído por un alimento específico para que permanezca en los estantes de un supermercado. Evidentemente, un precio barato garantiza un mercado potencialmente grande. Las operaciones de la industria alimentaria dependen de factores culturales, sociales, económicos, legales, regulatorios y políticos.

¿Deberíamos utilizar el término adicción a la comida para explicar la sobrealimentación y la obesidad? La mayoría de las personas con obesidad definitivamente no se verían a sí mismas como adictas a la comida. Solo un subgrupo respondería afirmativamente. Sí, ellos experimentan “picoteo”, antojos de comida y ataques de atracones, y no pueden dejar de comer a pesar de experimentar implicaciones negativas para la salud y consecuencias sociales negativas. Pueden informar un comportamiento alimentario que sugiere tolerancia y experimentar síntomas de abstinencia.

¿Pero exactamente a qué son adictos? No hay evidencia clara de una o más sustancias en los alimentos que obtengan una recompensa comparable a la obtenida por el uso de drogas legales o ilegales. Pruebe una cantidad limitada de cualquier fármaco; digamos que inhala profundamente el humo del cigarrillo o bebe medio vaso de vino. Experimentarás rápidamente una alteración en la forma en que te experimentas a ti mismo y a tu entorno. Este inicio rápido, que si es gratificante puede representar el primer paso inicial en el desarrollo de una adicción a las drogas, no ocurre con la ingestión de alimentos. Las personas que se ven a sí mismas como adictas a la comida recurrirán a muchos alimentos. No desarrollarán una adicción a un solo alimento.

Entonces, ¿por qué algunas personas afirman que son adictas a la comida? Las personas con obesidad necesitan más alimentos que otras para mantener su peso corporal. Se encuentran con dificultades para mantener un peso corporal reducido, lo que se puede experimentar como “adicción a la comida”. Otras personas experimentarán una fuerte necesidad de comer en exceso al experimentar estrés, ansiedad o depresión. La obesidad suele ser hereditaria con factores genéticos que explican la carga familiar. En conclusión, la necesidad o el impulso de comer en exceso puede percibirse subjetivamente como una adicción a la comida, pero en realidad depende de una variedad de razones genéticas, fisiológicas, sociales y psicológicas y no de la ingesta de una sustancia en particular.

¿El veredicto? Se requiere más investigación

Las prácticas de la industria alimentaria contribuyen a la sobrealimentación y la obesidad; sin embargo, persiste el desacuerdo para determinar si los alimentos altamente procesados ​​cumplen con los criterios para ser considerados adictivos. Las investigaciones futuras ayudarán a informar este debate y guiarán los próximos pasos sobre las mejores formas de promover una alimentación saludable.

Fuente: https://blog.oup.com (02-10-21)