RELACIÓN FISIOPATOLÓGICA ENTRE EL SÍNDROME DE APNEA OBSTRUCTIVA DEL SUEÑO, LA OBESIDAD Y EL SÍNDROME METABÓLICO

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, en particular entre las personas que padecen tanto apnea obstructiva del sueño (AOS) como síndrome metabólico (SM). Estas dos afecciones se exacerban mutuamente, creando un círculo vicioso que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Comprender la relación fisiopatológica entre la AOS y el SM es crucial para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento.

Investigadores del Hospital Popular del Condado de Danling, el Centro de Salud de la Ciudad de Mingjian, Sichuan y la Universidad Médica del Sur, Guangzhou, China, han explorado el conocimiento actual sobre la conexión entre la AOS y el SM y analizan el progreso en las opciones de tratamiento.

Se observó que la apnea obstructiva del sueño (AOS) se caracteriza por un colapso repetido de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que provoca hipoxia intermitente y patrones de sueño fragmentados. Afecta al 14% de la población mundial y es más frecuente entre los adultos de 30 a 69 años. Los síntomas incluyen somnolencia diurna, problemas de memoria y dolores de cabeza, lo que reduce significativamente la calidad de vida de los pacientes.

El síndrome metabólico es un conjunto de anomalías metabólicas que incluyen obesidad central, hipertensión arterial, dislipidemia y resistencia a la insulina. Se estima que la prevalencia del síndrome metabólico es del 24% en los EEUU y la obesidad es un factor contribuyente clave. Los autores del estudio afirmaron que la AOS y el síndrome metabólico comparten factores de riesgo comunes, como la obesidad y el envejecimiento, y que a menudo coexisten. Los estudios muestran que los pacientes con AOS grave tienen más probabilidades de tener síndrome metabólico y viceversa. La naturaleza bidireccional de su relación sugiere que estas afecciones se refuerzan entre sí, agravando aún más los riesgos metabólicos y cardiovasculares. La obesidad, en particular la grasa visceral, desempeña un papel central en el empeoramiento de la AOS, mientras que la AOS exacerba los trastornos metabólicos a través de la hipoxia intermitente y la activación del sistema nervioso simpático.

La acumulación de grasa visceral en personas obesas aumenta significativamente el riesgo de padecer AOS. Las investigaciones muestran que las personas obesas con AOS tienen áreas de grasa visceral más grandes en comparación con aquellas que no padecen AOS. Las alteraciones hormonales, que incluyen niveles bajos de leptina y niveles altos de grelina, están asociadas con la AOS y contribuyen a un mayor apetito y un mayor aumento de peso. La apnea obstructiva del sueño está fuertemente asociada con la hipertensión. La hipoxia intermitente que se observa en la apnea obstructiva del sueño desencadena un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático, lo que provoca picos de presión arterial y altera el patrón natural de “descenso” nocturno de la presión arterial. Este efecto contribuye a un mayor riesgo cardiovascular entre los pacientes con apnea obstructiva del sueño.

La apnea obstructiva del sueño está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (DMT2). La hipoxia intermitente altera la regulación de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, lo que contribuye al desarrollo y empeoramiento de la DMT2. Los pacientes con apnea obstructiva del sueño también presentan niveles elevados de citocinas inflamatorias, que se asocian con la resistencia a la insulina. La dislipidemia es común en pacientes con apnea obstructiva del sueño (AOS). Los estudios muestran niveles reducidos de lipoproteína de alta densidad (HDL) y niveles elevados de triglicéridos (TG) y lipoproteína de baja densidad (LDL). La hipoxia intermitente y la actividad simpática aumentada contribuyen a estas anomalías lipídicas, lo que aumenta aún más el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La terapia con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) es el principal tratamiento para la apnea obstructiva del sueño. Si bien la CPAP alivia eficazmente los síntomas de la apnea obstructiva del sueño, su impacto en los componentes del síndrome metabólico es limitado. La CPAP ha demostrado tener efectos modestos en la reducción de la presión arterial, el colesterol total y la resistencia a la insulina, pero las mejoras a largo plazo en los marcadores metabólicos suelen ser insuficientes. El control del peso y las intervenciones relacionadas con el estilo de vida siguen siendo fundamentales para revertir el síndrome metabólico. Se ha demostrado que la combinación de la CPAP con estrategias de pérdida de peso mejora los marcadores inflamatorios, la sensibilidad a la insulina y los niveles de triglicéridos. Las cirugías metabólicas, como el bypass gástrico, ofrecen mejoras más sustanciales tanto en los síntomas de la apnea obstructiva del sueño como en la salud metabólica al abordar la causa raíz de la obesidad.

Para los pacientes con apnea obstructiva del sueño de leve a moderada, los dispositivos de avance mandibular (DAM) ofrecen una opción de tratamiento alternativa. Los DAM mejoran la calidad del sueño y pueden ayudar a reducir la presión arterial, aunque su impacto en los marcadores metabólicos es menos significativo. “La AOS y el síndrome metabólico forman un ciclo complejo que se refuerza mutuamente y que eleva significativamente los riesgos cardiovasculares. Romper este ciclo mediante el control del peso, las intervenciones en el estilo de vida y terapias dirigidas como la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) y la cirugía metabólica puede mejorar los resultados de los pacientes”, concluyeron los autores. “Sin embargo, se necesita más investigación para comprender plenamente los beneficios metabólicos de estos tratamientos y optimizar la atención para los pacientes con AOS y síndrome metabólico”.

Fuente: https://www.bariatricnews.net (28/11/24)