La Obesidad comienza a ser un negocio redondo

Transporte, mobiliario y servicios de salud se están adaptando para dar cabida a los clientes con exceso de kilos.

Mil millones de obesos en el planeta son una razón de peso para considerar a la Obesidad una “epidemia global”, como fue calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace una década. Una epidemia que hoy va más allá del ámbito sanitario y que está provocando una serie de cambios en el mercado.

Ropa de diseños atractivos pero para tallas extra grandes -con publicidad incluida- son sólo una parte de la oferta y servicios que se han adaptado a las dimensiones “extra large” de una población que en Chile llega a 3,4 millones de personas.

Por tratarse de una patología, no es raro que los primeros cambios que ha provocado la Obesidad surgieran en hospitales y clínicas. “Hace 20 años nadie quería operar a un paciente obeso porque son demasiado complejos”, cuenta el doctor Owen Korn, del Departamento de Cirugía del Hospital Clínico Universidad de Chile.

“Hoy, las cosas son distintas y las herramientas con que cuenta un cirujano facilitan la labor, con camillas y camas más resistentes y pabellones especialmente adaptados. Incluso hay mesas de operaciones más anchas y que resisten más peso que las estándar. En varios centros de salud chilenos también cuentan con camillas que resisten más de 320 kilos”, destaca Claudio Sánchez, representante de ventas de Stryker Medical.

También “se han creado instrumentos quirúrgicos más largos que permitan atravesar el grosor de paredes abdominales de 10 o 15 cm de grasa”, dice Korn. Asimismo, equipos para escáner y tomografías han mejorado su diámetro y resistencia, cuenta el doctor Mario Ferrario, jefe de Pabellón de la Clínica Las Condes.

En la calle, las cosas también tienen otra dimensión: los fabricantes de autos no han olvidado al creciente número de conductores obesos, y compañías como Honda y Toyota en EE.UU. han ensanchado sus modelos más pequeños, mientras que General Motors tiene vehículos con rieles más largos para desplazar el asiento hacia atrás, con lo que el conductor queda más lejos del manubrio.

No es sólo un asunto de comodidad, sino también de seguridad. Un estudio de la U. de Vanderbilt difundido en enero pasado indica que mientras más obesa es una persona, menor es la probabilidad de que use cinturón de seguridad.

Por lo mismo, Ford, GM, Chrysler, Nissan y Honda ya tienen cinturones más largos y también se venden extensores que permiten a los obesos viajar más seguros.

Los extensores también son la solución en los vuelos de avión, cuando a los pasajeros no les cruza el habitual. Y si se da el caso de que un viajero no cabe en los asientos, sobre todo en los de la clase turista, la mayoría de las líneas aéreas les piden que, para su comodidad, compren dos pasajes. Sin embargo, muchas veces les resulta más conveniente comprar pasajes en “business”, donde las butacas son mucho más amplias, coinciden en Lan Chile y en Lufthansa.

El que los obesos deban pagar pasaje doble es un tema que ha causado controversia. Frente a ello, la compañía “totaltravel.com” realizó una encuesta cuyos resultados mostraron que la mayoría (el 63%) de los usuarios considera justo que las personas de mayor talla paguen para poder ocupar dos butacas. El argumento usado es que ellos no desean compartir su asiento con un vecino que exceda el propio.

Diversión XL

En México, hace unos años el resort Freedom Paradise sorprendió anunciando sus instalaciones especiales para obesos: puertas más anchas, camas extra grandes y reforzadas, sofás súper resistentes y sillas de playa sin apoyabrazos son algunos de sus servicios. En EE.UU. ya hay fabricantes de asientos y butacas de gran tamaño especiales para cines, teatros e, incluso, iglesias.

También en los gimnasios se requieren implementos especiales. “No todas las máquinas están hechas para soportar un exceso de peso”, dice el doctor Alex Escalona. En el Programa de Obesidad de la U. Católica, que él dirige, cuentan con caminadoras que soportan más de 160 kilos.

Aunque menos atractivo, pero igual de necesario es el mercado de ataúdes. En EE.UU. ya se venden cerca de 300 urnas “extra large” al día. La más grande se construyó en 2005 y medía 2,10 m de ancho.

En Chile, muchas funerarias las fabrican a pedido. Otras mantienen urnas grandes disponibles al momento. Es el caso de Carrasco Hermanos, que ofrece una cuyo ancho interior es de 83 cm, casi el doble de las normales. “Cerca de un 5% de los pedidos de urnas son de las más grandes”, explica Gabriel Carrasco, representante de la funeraria.

Fuente: El Mercurio
Miércoles 9 de Abril de 2008