CONGRESO DEL FUTURO: EXPERTA CHILENA EN INMUNOLOGÍA LE HACE LA CRUZ A ALIMENTOS PROCESADOS

Alteraciones de microbiota y epitelio intestinal, causados por factores como los alimentos procesados o uso indiscriminado de antibióticos, genera daños multisistémicos en el organismo y aumenta riesgo de sufrir enfermedades inflamatorias crónicas. “Las decisiones que tomamos día a día pueden afectar profundamente el equilibrio entre los sistemas inmune e intestinal y llevarnos a un estado de enfermedad o salud”, señaló Susan Bueno, investigadora del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII).

congresoEl desequilibrio entre los sistemas inmune e intestinal, afectados por factores externos como agentes infeccioso o compuestos tóxicos y alteraciones a la microbiota intestinal, es actualmente uno de los principales factores de riesgo que aumentarían la prevalencia de enfermedades crónicas, tales como la esclerosis múltiple, enfermedad celiaca, tiroiditis e incluso la depresión, según advierte Susan Bueno, investigadora del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII). La problemática es causada principalmente por una alimentación basada en alimentos procesados y el uso indiscriminado de antibióticos, y por esto será abordada en uno de los paneles del Congreso del Futuro.

“La permeabilidad intestinal es modificada por los alimentos, por agentes infecciosos y por los microorganismos propios de nuestro intestino. Estos últimos corresponden a miles de millones de microorganismos benéficos que son esenciales para la digestión, la respuesta inmune y la función del cerebro. A este conjunto de microorganismos se les denomina microbiota intestinal. Si consideramos que más del 80% de las células del sistema inmune se encuentran asociadas al intestino, cualquier cambio en la dieta, en la permeabilidad intestinal o en la microbiota puede afectar directamente el funcionamiento del sistema inmune”, explica la Dra. Bueno, quien será parte del panel Conciencia sobre el Cuerpo de la versión 2018 del evento científico.

La facultativa explica que la microbiota intestinal debe mantenerse en el intestino sin llegar a la sangre ni a los órganos internos del cuerpo. “Si nos exponemos a componentes que aumentan la permeabilidad intestinal o consumimos alimentos que afectan la proporción de la microbiota intestinal, estos microorganismos y/o agentes externos pueden llegar a la sangre u otros tejidos del organismo. El sistema inmune montará un respuesta inflamatoria dirigida contra el agente externo y que puede también reconocer nuestros propios tejidos como agentes peligrosos y los atacará, causando inflamación del intestino y de otros tejidos también”.

Eliminar alimentos procesados de la dieta, conocer e identificar componentes de las comidas que consumimos, privilegiar el consumo de productos frescos, naturales y preferir preparar en las propias cocinas los platos de nuestro menú son algunos de los cambios cotidianos que inciden en prevenir esta condición. Sumado a esto, resulta fundamental evitar la ingesta de antibióticos sin prescripción médica, pues estos fármacos se encuentran muchas veces presentes en alimentos como carnes, ya que son utilizados en muchos de sus procesos productivos. Del mismo modo, el uso de pesticidas y herbicidas como parte del proceso productivo de frutas y verduras también pueden tener un impacto negativo en el intestino, dado que algunos alimentos pueden concentrar estos compuestos tóxicos y producen daño en la microbiota y el tejido intestinal al ser consumidos.

“A nivel mundial las enfermedades crónicas presentan hoy en día una incidencia epidémica, generando costos grandes para la sociedad y los estados. Si bien la ciencia está haciendo grandes avances en crear tratamientos para este tipo de enfermedades. Cambios cotidianos pueden mejorar nuestra calidad de vida y hacernos menos susceptibles a estas enfermedades. La medicina del futuro irá en esa dirección. Y este también es el propósito de abordarlo en una actividad como el Congreso del Futuro”, agrega la también académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

La microbiota asegura bienestar

Los estilos de vida actuales, marcados por una mala alimentación, consumo indiscriminado de medicamentos o exposición a componentes tóxicos, está afectando el balance entre el sistema inmune y el intestino, lo que impide que este conjunto de microorganismos cumpla su rol protector en el organismo. El fenómeno contraviene el desarrollo evolutivo de la humanidad y se ha acentuado en los últimos tres siglos, lo que explica el cambio en la problemática de salud en este siglo. El mayor problema hoy en día apunta hacia las enfermedades crónicas y no a las de carácter infeccioso, como ocurrió en el siglo pasado.

“Las decisiones que tomamos día a día pueden afectar profundamente este equilibrio de estos tres elementos y nos pueden llevar a un estado de enfermedad o salud. En términos concretos, la microbiota genera un estado de bienestar y una buena calidad de vida para las personas. Cuando tomamos decisiones equivocadas respecto a no tener cuidados suficientes para contagiarnos de organismos patógenos, por ejemplo, no vacunarnos o no adoptar medidas de higiene básica, sumado a los problemas de la alimentación basada en productos procesados, el desafío es aún mayor”, remarca la Dra.Bueno.

Si bien el desarrollo de los antibióticos fue uno de los grandes avances de la ciencia en el siglo XX, hoy también supone uno de los desafíos más relevantes para la medicina del futuro y su carácter preventivo. Según explica la investigadora del IMII, los fármacos usados en forma individual sin prescripción médica y los utilizados en la producción de alimentos dañan significativamente el funcionamiento normal del sistema intestinal.

“Los antibióticos son uno de los elementos que afectan la composición y el balance de la microbiota. Eso puede conducir a enfermedades y a condiciones de salud que perjudican nuestra calidad de vida, como por ejemplo a través de enfermedades inflamatorias o autoinmunes. Muy por el contrario sin tenemos conciencia de cómo podemos cuidar nuestro intestino y la microbiota podemos prevenir contaminarnos con microorganismos patógenos vamos a tener un sistema inmune más robusto y regulado y una mejor calidad de vida. Uno de los daños más habituales cuando el equilibrio se rompe son molestias gastrointestinales, que a su vez pueden tener una sensación de enfermedad o problemas de ánimo, estrés y que pueden afectar nuestra capacidad de sentirnos con energía para hacer las cosas que queremos hacer y lograr las cosas que queremos lograr”.

Susan Bueno advierte que diversos estudios científicos posicionan las alteraciones a la microbiota como uno de los principales detonantes de enfermedades crónicas. “Sin embargo, este puede no siempre manifestarse en alteraciones gastrointestinales. Sino también que puede producir efectos tan importantes como inflamación sistémica. Traduciéndose desde dolores articulares a efectos tan importantes como predisposición a depresión o autismo. Condiciones que no imaginarías que se deben a problemas a nivel intestinal. Una alteración permanente a nivel del tractointestinal puede ser el primer detonador de enfermedades autoinmunes como tiroiditis o esclerosis múltiple, como consecuencia de la inflamación permanente del intestino y cambios en la microbiota”.

La prevención está en casa

En conjunto Claudia Riedel, Académica de la Facultada de Ciencias Biológicas de la Universidad Andrés Bello e investigadora del IMII, y Susan Bueno coautoras del libro La medicina en tu cocina, la primera publicación chilena basada en evidencia científica, que describe cómo fortalecer el sistema inmune a través de una correcta alimentación. Con un lenguaje didáctico, ilustraciones y dirigido a todo público. El texto explica cuáles son los alimentos que nos benefician y qué productos debemos erradicar o disminuir de nuestra dieta. El proyecto, con formato digital y descargable, será lanzado en la plataforma imii.cl, con el objetivo de motivar cambios de hábitos alimenticios que permitan abordar el cuidado a la salud como una cuestión preventiva.

La Dra. Bueno considera que el inicio del año y la época de vacaciones son una etapa ideal para iniciar con algunos cambios en nuestra cocina. Partiendo por tomar conciencia y conocer los alimentos que ingerimos, evaluando su procedencia, métodos de producción a ingredientes, factores que, en mayor o menor medida, pueden causar irritación e inflamación intestinal con efectos posteriores en la microbiota. En este sentido, productos como las carnes al vacío, los congelados, las frutas de procedencia extranjera, que han sido sometidos a tratamientos químicos adicionales para su conservación, las azúcares y harinas refinadas, están entre las principales amenazas, en contraposición a los alimentos con ello orgánico o incluso las verduras crecidas en huertas domésticas.

“No comprar una hamburguesa congelada y hacerla con carne natural es un cambio pequeño con un gran impacto y que beneficia nuestro sistema intestinal. Quizás hacer esto sea difícil o un poco menos accesible en costo, pero el beneficio para nuestra salud en el largo plazo y en calidad de vida será mucho mayor”, enfatiza la científica del IMII.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/ (15-01-18)