EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
Chile es el segundo país del mundo con mayor consumo de pan por habitante, con cifras que bordean los 90 kilos por persona de forma anual, según los últimos datos disponibles a nivel internacional.
Alemania es el país del mundo donde más pan se consume, con 106 kilos por persona y año. Puede parecer mucho, sin embargo es de los pocos lugares del planeta donde los niveles superan el mínimo aconsejable por la Organización Mundial de la Salud, que recomienda consumir 90 kilos al año de este alimento básico para nuestra correcta nutrición.
En estricto rigor, en el ranking de los diez primeros países, tras consultar diversas fuentes, Chile se sitúa en el segundo lugar, con un consumo de 96 kilos de pan por persona y año, con un promedio de 250 gramos de pan al día. Luego siguen Suiza (84), Polonia (68), Holanda (58), Francia (56), España (54), Estados Unidos (48), Finlandia (47) y Dinamarca (42).
De esta forma, Alemania y Chile son los dos únicos países del mundo que cumplirían con las recomendaciones internacionales en materia de nutrición. Y es que algunos falsos mitos sobre el pan, como el ya desmentido de que el pan engorda, han dañado seriamente la imagen de un alimento básico para el ser humano, que aporta vitaminas, energía en forma de hidratos y que, además –siempre es bueno recordarlo– está libre de colesterol “malo”.
Hoy en día los consumidores buscan alternativas saludables y una oferta más diversa, la venta de pan en total en nuestro el país crece cada año, mientras que el segmento de panes envasados también aumenta según diferentes estudios. En términos de volumen, si bien el envasado ha crecido más frente al otro tipo de pan, el pan corriente sigue siendo el más consumido entre los chilenos. Alcanza al 85% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas.
El mercado de las panaderías ha evolucionado en los últimos años. La oferta de productos está más diversificada que nunca. Una de las tendencias del consumo de alimentos en general, y del pan en particular, es la preferencia por productos saludables, como los panes que incorporan diferentes tipos de cereales y semillas, ya sea que se trate de panes envasados o a granel.
Sin embargo, a pesar de tener el segundo lugar a nivel mundial, el consumo de este producto a través de los años ha ido descendiendo porque tiene una directa relación con el nivel de ingresos de los hogares. En el segmento de menores recursos el pan representa el 5,1% del consumo total, mientras que en los hogares de mayores ingresos es menos del 1%. Asimismo, en los de menores ingresos el 93% come pan corriente, mientras en donde hay recursos aumenta el consumo de pan envasado, argumentan los expertos.
Llama la atención que en este ranking todos los países son europeos o americanos. Y es que en Asia, por ejemplo, suele sustituirse por otros alimentos hechos a base de arroz. Y en África sigue resultando muy costosa su elaboración. Lo curioso es que, mientras en este último continente el consumo va creciendo, en el europeo va en descenso progresivo, desde la segunda mitad del siglo XX. Entre Europa y América, sin embargo, se aprecian diferencias. El pan más extendido es el de harina de trigo, y en Europa, existe un alto consumo del pan de centeno. En otros países del continente americano, por el contrario, los panes más habituales son de harina de maíz, y el trigo sólo se encuentra presente, por “herencia europea”, en algunos países, como el caso de Chile. En Estados Unidos, aproximadamente las tres cuartas partes del pan que se consume es “de molde”.
De esta forma, el pan nuestro de cada día, sigue siendo uno de nuestros principales alimentos, y teniendo en cuenta todos los estudios que a nivel internacional están haciendo hincapié en los beneficios del pan, y ojala cada vez con menos sodio, estamos en el camino correcto.
Fuente: http://www.eldivisadero.cl (22-08-17)