El queso ayuda a controlar el peso, prevenir las caries y cuidar la salud dental
El beneficio menos conocido del queso es que ayuda a controlar el peso. Así lo demuestran recientes estudios llevados a cabo por Walther y col. y publicados recientemente en «Dairy Journal».
Consumir queso puede ayudar a mantener una dieta sana y equilibrada como confirma la Dra. Rosa Mª Ortega, del Dpto. de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la UCM y miembro del Comité Asesor del Plan de Comunicación, Salud y Comunicación de Productos Lácteos, quien considera, basándose en los datos de los estudios anteriormente mencionados, que el queso «tiene un efecto saciante asociado al consumo de un alimento rico en proteínas (…). Por ello, a igualdad de aporte energético, un consumo adecuado de lácteos puede favorecer notablemente el éxito de un programa de adelgazamiento».
Este dato echa por tierra la idea de que el queso, al ser un producto rico en grasas, no es beneficioso para aquellas personas que quieren cuidar su línea. El queso es una de las formas más antiguas de consumir lácteos al ser un alimento más duradero que la leche. Además, desde el punto de vista nutricional cuenta con importantes aspectos beneficiosos para la salud. Así, se señala que el queso es una fuente importante de calcio, fósforo, zinc y magnesio que aportan diversos beneficios para la salud.
Los datos demuestran que ayudan, además, a prevenir las caries y a cuidar la salud dental. La Dra. Rosa Mª Ortega afirma que «masticar una porción de queso después de un alimento dulce, estimula la producción de saliva que contiene calcio y fosfato (remineralizantes de esmalte dental) y neutraliza el pH de la placa». Dos de los beneficios más conocidos del consumo de queso y otros lácteos son, en primer lugar, que ayudan a controlar la presión arterial debido a la presencia de unos péptidos, pequeñas moléculas que se encuentran en importantes cantidades en algunos quesos, que contribuyen a disminuirla. Y, en segundo lugar, su papel beneficioso en la protección de los huesos por su elevado aporte de calcio.
Todos estos beneficios que el queso aporta también pueden ser aprovechados por aquellos individuos que son intolerantes a la lactosa (el 15% de los españoles sufren este problema) ya que, aunque el queso pertenezca al grupo de los lácteos, su composición, exceptuando algunos quesos frescos y blandos, es adecuada para su alimentación al no contar con el componente que les produce la alergia. Éste hecho es especialmente destacable ya que aquellos que son intolerantes a la lactosa, al eliminar la leche de su dieta corren el riesgo de padecer una importante falta de calcio que el queso puede cubrir sin ningún riesgo para su salud.
Fuente: larazón.es