¿ES CIERTO QUE LAS PERSONAS CON OBESIDAD SIENTEN MÁS CALOR?
La grasa subcutánea, aquella que se encuentra bajo la piel, funciona como una barrera para que el cuerpo pueda liberar calor, y esto juega en contra de la termoregulación.
Es cierta la creencia que las personas con obesidad sienten más calor. La grasa, además de almacenar energía, también es capaz de aislar a nuestro cuerpo del frío ya que el tejido graso tiene una menor capacidad de conducir calor que el tejido magro.
Estudios realizados en humanos sumergidos en agua fría han demostrado que las personas con obesidad, que tienen una mayor proporción de grasa, tienen mayor capacidad de conservar el calor. Su temperatura corporal en agua fría desciende más lentamente y sin tanta necesidad de aumentar el metabolismo.
Pero si bien las personas con sobrepeso y obesidad tienen una ventaja para enfrentar el frío, les es más difícil lograr perder calor. La grasa subcutánea, aquella que se encuentra bajo la piel, funciona como una barrera para que el cuerpo pueda liberar calor, y esto juega en contra de la termoregulación. Es como tener puesta una buena chaqueta encima, en un día con calor.
¿Qué medidas se pueden tomar para sobrellevar el calor del verano? Cuando la temperatura del ambiente se eleva el cuerpo hecha a andar varios mecanismos que permiten regular nuestra temperatura corporal.
Por ejemplo, transpiramos para que el agua sobre la piel se evapore y por dicho mecanismo se disipa calor. Por lo mismo, es mejor dejar la mayor cantidad de piel expuesta para permitir que la transpiración se evapore. También, los vasos sanguíneos se dilatan y la sangre queda más expuesta para que disipe el calor.
Para que esto sea eficiente debemos asegurar una adecuada ingesta de agua, para tener un buen volumen sanguíneo y para reponer las pérdidas que ocurren por el aumento en la sudoración. Ingerir líquido frío también puede ayudar.
No está de más mencionar que es mejor tratar de no salir en los horarios de mayor calor, evitando también la exposición solar en las horas más dañinas. Se recomienda llevar un estilo de vida sano, con una nutrición balanceada y la práctica de ejercicio regular, para controlar el peso e impedir el desarrollo de enfermedades como la diabetes, que también alteran la capacidad de termoregular dado que se daña el sistema nervioso autónomo, responsable de activar la transpiración y otros mecanismos que controlan el calor.
Fuente: https://www.latercera.com (15-01-20)