ESPACIAR LAS COMIDAS Y DORMIR MÁS RETRASA EL ENVEJECIMIENTO
La bióloga molecular Ana María Cuervo busca en su laboratorio de Nueva York terapias que reparen la limpieza celular para evitar los males del paso del tiempo. Esta mujer menuda de 53 años ha descubierto en su laboratorio de Nueva York una de las claves para vivir más y mejor.
Codirectora del Instituto Einstein para la Investigación del Envejecimiento, estudia cómo reparar el mecanismo de limpieza celular para retrasar el curso de enfermedades propias de la edad, desde el cáncer al Alzhéimer. Está en Madrid para participar en un congreso sobre Gerociencia organizada por la Fundación Gadea donde se reúnen los principales expertos en envejecimiento.
Envejecer preocupaba a los mortales, pero no a la ciencia. ¿Qué ha cambiado para que haya acaparado la atención de los laboratorios de investigación?
Dos cosas fundamentales. Hemos visto que el envejecimiento se puede modular y controlar los factores negativos asociados al envejecimiento. Y, por otro lado, nuestra finalidad última no es aumentar el número de años vividos sino los años saludables. A todos nos asusta la dependencia, el dolor, la fragilidad… La idea es que vivamos hasta el último momento en buen estado. Si, además, conseguimos alargar los años de vida, mejor aún.
Hay científicos que se animan a hablar de inmortalidad, como si fuéramos un coche que podremos reparar y funcionar indefinidamente, como propone el gerontólogo británico Aubrey de Grey
(Tuerce el gesto). Aubrey es amigo y a él le tenemos que agradecer que haya hecho tanto ruido, llamando la atención sobre la ciencia del envejecimiento. Creo que su intención era sacudir conciencias. Pero tenemos que ser realistas. El mejor servicio que le podemos hacer a la población es lograr estrategias para mantener su buen estado de salud, no preocuparnos por vivir 150 años.
¿Debemos empezar a tratar la vejez como una enfermedad, como algo modificable?
Para mí la vejez no es una enfermedad, es un estado fisiológico por el que pasas, igual que la adolescencia. Pero es cierto que ha habido un cambio conceptual. En breve, en Estados Unidos empezarán unos ensayos clínicos para evaluar si un medicamento contra la diabetes, la metformina, modula el envejecimiento. Es la primera vez que la FDA (la Agencia del Medicamento de Estados Unidos), autoriza un ensayo clínico para una condición que no es una enfermedad.
¿Cómo puede un antidiabético a ayudarnos a envejecer mejor?
«La metformina, una antidiabético, tiene efectos beneficiosos similares a la restricción calórica» Lo veremos tras el ensayo clínico, pero existe un estudio previo con más de 3.000 personas donde se encontraron efectos positivos. Al comparar el estado de salud de población general con personas con diabetes tratadas con metformina se vio cómo estos últimos tenían mejor salud general. Lo que nos hace pensar que este medicamento tiene un efecto sistémico, no solo mantiene a raya la glucosa sino que posee efectos beneficiosos similares a los de la restricción calórica. En Singapur también se va a iniciar otro con acarbosa, otro compuesto utilizado en la diabetes.
Usted investiga en autofagia, cómo las células eliminan residuos tóxicos, y su efecto en enfermedades tan aparentemente dispares como el párkinson, la diabetes, la obesidad o el cáncer. ¿Qué tienen en común?
El envejecimiento. Creemos que si logramos modular el envejecimiento podremos prevenir el curso de todas estas enfermedades. En cáncer, por ejemplo, el envejecimiento es el único punto en común, salvo en los tumores pediátricos. No curaremos todos los casos de alzhéimer, párkinson, o cáncer, pero si mantenemos los sistemas de limpieza celular de una persona de 80 años como cuando tenían 20 años no se manifestarán los síntomas.
¿Por qué algunos organismos gestionan mejor los residuos celulares?
La autofagia, la capacidad para reciclarlos, se ralentiza con la edad. Nuestro objetivo es hallar compuestos que la activen. Pero es verdad que hay muchísima heterogeneidad en la población. Todos conocemos a personas que, con la misma edad, envejecen muy bien y otros no tanto. Existen bastantes iniciativas en marcha para averiguar por qué ocurre.
¿Hay algún compuesto candidato para activar ese reciclaje celular?
Las células tienen distintas formas de limpiar los residuos, igual que nosotros en casa utilizamos la aspiradora o la escoba. En mi laboratorio estamos interesados en uno en particular, muy selectivo, que se limita a limpiar solo los tóxicos. Ya lo hemos probado en un modelo de alzhéimer en ratones y funciona muy bien. Se lo hemos trasladado a una compañía para que pueda desarrollarlo e iniciar ensayos clínicos.
¿A qué edad empieza a declinar la autofagia?
Si trasladamos nuestras investigaciones en modelos animales, el declive empezaría a los 50 años de edad humana. Aunque yo espero (se ríe) que en las personas empiece un poco más tarde. También estamos investigando para averiguar cuando comienza el declive.
¿Esa sería la edad idónea también para empezar un tratamiento antienvejecimiento, cuando se consiga, o ya llegaríamos tarde?
Es difícil decirle a alguien de 20 años que empiece a tomar un fármaco para no envejecer tan rápido. Y, por otro lado, tenemos que tener la absoluta garantía de que un tratamiento antienvejecimiento, como una pastilla diaria que mejore la limpieza celular, no sea dañina
Y mientras llega ese tratamiento eficaz, ¿qué podemos hacer para que nuestras células reciclen mejor?
Básicamente, lo que nos decían nuestras abuelas: hay que hacer ejercicio, no comer mucho azúcar, no picar entre horas y dormir bien. La autofagia se activa durante el sueño y cada vez dormimos menos. Todos los días tenemos que activar la autofagia si queremos limpiar los tóxicos que se han acumulado durante el día.
«En mi laboratorio, algunos compañeros desayunan fuerte y no vuelven a comer hasta las 7 de la tarde. Se sienten más activos, con más energía y están quemando mucha grasa»
¿Y el ayuno, la última tendencia de moda, tiene fundamento científico?
Sí lo tiene. Cuando no comes, se activa la autofagia. Si estamos continuamente comiendo, como nos decían que debíamos hacer – comer muy poquito y muchas veces al día-, la autofagia no se activa. Pero si, por ejemplo, entre la comida y la cena no picoteas, la autofagia del hígado sí lo hará. Si lo piensa, casi todas las religiones recurren a la idea del ayuno.
Otros estudios apuestan por la restricción calórica para vivir más y mejor
Sí, es cierto. Pero es muy difícil de cumplir. Deberíamos reducir en un 60% la ingesta calórica diaria. Nuestro grupo ha demostrado en modelos animales que ingiriendo la misma cantidad de calorías pero separando las comidas en el tiempo se logran beneficios saludables: mejora la regulación de la glucosa y la insulina, la función cognitiva, se reduce el riesgo de cáncer… Hay base científica para lo que hacen algunas famosas pero hay que hacerlo de forma controlada. En mi laboratorio hay compañeros que ya lo están haciendo, con lo cual empiezan a ser muy complicadas las fiestas del laboratorio (ríe). Desayunan fuerte y no vuelven a comer hasta las 19 horas, la hora de la cena. Ellos están contentos, dicen sentirse mejor, más activos, energéticos y están perdiendo mucha grasa. Y no lo pasan mal porque comen las mismas calorías. Pero claro, es solo la experiencia personal, hacen falta estudios amplios. Mi consejo para retrasar el envejecimiento sería espaciar más las comidas, dormir más y hacer ejercicio moderado. Daño no te va a hacer y sabemos que tendrá un efecto positivo en los siete pilares de envejecimiento.
¿Usted lo practica?
No, pero yo soy un desastre con las comidas. ¡A mi madre le desesperaba!. Yo tengo suerte de que no me gustan mucho los dulces, como muchos frutos secos y corro mucho en las terminales de los aeropuertos.
Fuente: https://www.abc.es (14-09-19)