La insulina en el mesencéfalo influye en las ganas de comer

La insulina en el mesencéfalo influye en las ganas de comer El cerebro controla las ganas de comer e inhibe el apetito cuando el cuerpo ya ha obtenido suficiente energía. El cerebro obtiene su información sobre el grado de saciedad mediante varias sustancias mensajeras, de entre las cuales la insulina desempeña un papel importante


Esta regulación del balance de energía del cuerpo no se limita al músculo y al tejido graso

Científicos alemanas descubrieron que, al menos en ratones, la insulina no sólo actúa como un transmisor de la señal metabólica en el hipotálamo, algo ya conocido, sino también en las células productoras de dopamina del mesencéfalo. La desconexión de los receptores de insulina en estas neuronas provoca glotonería y sobrepeso.

La insulina, una hormona que se produce en el páncreas, desempeña un papel clave en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre. El mal funcionamiento de este sistema puede provocar sobrepeso y diabetes mellitus.

Los científicos saben desde hace algunos años que esta regulación del balance de energía del cuerpo no se limita al músculo y al tejido graso.

El equipo de Jens Brüning, Director del Instituto Max Planck para la Investigación Neurológica, y coordinador científico del CECAD en la Universidad de Colonia, Alemania, ha conseguido demostrar que hay receptores de insulina en ciertas células del hipotálamo, un importante “centro de mando” ubicado en el mesencéfalo.

La insulina atraviesa la barrera hematoencefálica, se adhiere a las células nerviosas y transmite la señal de saciedad. Si estos receptores no están disponibles, al cerebro le falta información crucial que le permite establecer el estado de saciedad, y la consecuencia es que el sujeto consume más comida, lo que a su vez provoca un aumento del peso corporal.

FUENTE: Noticias de la Ciencia