MITOS Y VERDADES DE LOS ZUMOS DE FRUTAS Y VERDURAS

¿Qué hay tras las supuestas propiedades maravillosas que se atribuyen a estas bebidas vegetales? Lo investigamos

frutas

Jessica Alba camina, cimbreante, por una amplia y soleada avenida de Los Ángeles. Su atuendo de leggings post-gimnasio y camiseta ceñida descubre un cuerpo atlético, delgado, aparentemente sano y fehacientemente bello. A nadie pasa desapercibido que lleva en su mano un enorme vaso con un jugo verde: licuado de apio, manzana o ambas cosas a la vez. Como ella, son muchos los famosos (Orlando Bloom, Sarah Jessica Parker o Emily Blunt, entre otros) quienes abanderan la moda del zumo de frutas y verduras (ya sean exprimidas o batidas) como estandarte de una vida saludable. Y el común de los mortales lo aceptamos sin más. ¿Pero qué hay tras las supuestas propiedades maravillosas que se atribuyen a estas bebidas vegetales? Muchos mitos y pocas verdades. “Esto más que una zumofilia es una zumoparanoia”, arranca Juan Revenga, dietista-nutricionista y biólogo, docente en la Universidad de San Jorge y autor del blog El Nutricionista de la General.

MITO: Los zumos de frutas y verduras ayudan a perder peso

Nada más lejos de la realidad. Ni siquiera se emplean en dietas hipocalóricas, donde el objetivo es sentirse saciado cuanto antes. “Primero, porque un zumo contiene dos o tres piezas de fruta, lo que significa: mucha azúcar y poca fibra [la pulpa se queda en el exprimidor]. Y, segundo, porque masticar produce una sensación saciante mayor que la de beber”, responde Nuria Guillén, dietista-nutricionista del hospital San Joan de Reus y profesora en la Universidad de Tarragona. Además, como recuerda Juan Revenga, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece una relación probable entre el consumo de zumos de fruta y la obesidad. Da en la clave Aitor Sánchez, dietista-nutricionista del departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada: “No es responsable atribuir propiedades adelgazantes a ningún alimento como tal. Perder peso es consecuencia de un estilo de vida”.

MITO: Es mejor tomar las frutas y verduras en zumo que en piezas enteras

“Un zumo jamás debe sustituir a una pieza de fruta”, zanjar Aitor Sánchez. Las frutas, al ser exprimidas, pierden vitaminas, antioxidantes y fibra. Por su parte, una fruta entera tiene todos los nutrientes necesarios para que la sacarosa se digiera de forma lenta y saludable. “La única razón en la que se podría aconsejar el consumo de fruta y verdura en forma de licuado en vez de en su matriz original, es en el caso de las personas convalecientes de una cirugía maxilofacial”, apunta Juan Revenga. La proliferación de estos brebajes, según los especialistas, se debe al negocio que generan. “Quizá una ensalada de tomate o un plátano no sean tan cool, pero es más difícil sacar dinero de ellos”, denuncia Virginia Gómez, dietista-nutricionista autónoma del centro valenciano Nutrigandia, en Gandía. Existe la excepción del caldo de verduras. Lo cuenta Nuria Guillén: “Hay verduras que al ser hervidas pierden sus nutrientes. Pero si preparamos un caldo con ellas, estos se quedan en el agua, por lo que tomar un vaso de caldo vegetal a media tarde es una fantástica idea”. Entre jugos exprimidos y licuados, conviene elegir los licuados.

MITO: Los zumos de frutas y verduras limpian nuestro organismo

Lo desmonta Aitor Sánchez: “Las palabras asociadas a hábitos alimenticios que nos hablan de ‘depurar’, ‘limpiar’, ‘purgar’, ‘reequilibrar’, ‘arrastrar’ o ‘eliminar toxinas’, son conceptos vacíos y poco rigurosos. No somos piscinas, somos personas. Afortunadamente, tenemos órganos como los riñones o el hígado que trabajan en filtrar y mantener nuestro cuerpo como debe”. ¿Ni siquiera ayudan estos brebajes al buen funcionamiento de mencionados órganos? “Ni siquiera. Una ‘dieta depurativa’ es un concepto que no existe a nivel médico ni fisiológico”, responde el nutricionista, que continúa: “No se debe confundir el concepto con ‘dieta blanda’, que es una dieta sin residuos (baja en fibra) y de fácil digestión, que se usa en enfermedades gastrointestinales o episodios de diarrea”.

MITO: Los zumos de frutas y verduras palian las agujetas

Juan Revenga recuerda que la teoría de que las agujetas estén provocadas por la acumulación de cristales de ácido láctico ha quedado obsoleta y firmemente descartada. Investigaciones científicas en las que se han realizado biopsias a deportistas con agujetas sin encontrar en ellas ningún resto del compuesto químico, así lo avalan. “No hay solución a este mal que pase por la ingesta de nada (tampoco por el agua con azúcar), y sí más por repetir el mismo ejercicio que lo provocó, pero con menor intensidad, una vez que haya pasado el momento de máximo dolor”, asegura el nutricionista. “No olvidemos que las agujetas son, simplemente, una lesión muscular”, argumenta Nuria Guillén.

VERDAD: Los zumos de frutas y verduras nos mantienen hidratados

Es innegable que un alimento cuyo elemento principal es agua ayude a la hidratación. Se trata, no obstante, de una verdad con matices. “Para hidratar, nada más óptimo que el agua pura, que, además, tiene cero calorías”, coinciden los expertos. Dentro del mundo de los vegetales, los hay más y menos hidratantes. Un jugo de fresa, por ejemplo, es ideal, pues contiene un 91,3% de agua; no tanto, por contra, uno de plátano, que no llega al 75%.

VERDAD: El efecto de estos zumos en embarazadas, fumadores y corredores puede ser positivo

“Nutricionalmente, los zumos y licuados no son especialmente valiosos, pero sus vitaminas, minerales y azúcares pueden ayudar al deportista antes y después de un maratón, porque al correr se pierden muchos líquidos y minerales a través del sudor que se pueden reponer con el zumo de fruta”, asevera Nuria Guillén, quien añade que en fumadores y embarazadas también es aconsejable el consumo habitual de zumo de naranja, que por sus circunstancias agradecerán una dosis extra de vitamina C.

¿El milagro del agua de coco?

Son innumerables las propiedades que se atribuyen al agua que contiene el coco en su interior: que si fortalece el sistema inmune, nutre huesos, uñas y dientes, mejora la digestión, ayuda a la vista o produce un efecto antioxidante. El dietista-nutricionista del departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada Aitor Sánchez alerta de la “irresponsabilidad” que supone conceder estas ‘superfunciones’ a cualquier alimento, puesto que a menudo se hace de forma exagerada y poco rigurosa. “Conseguir relaciones entre alimentos y marcadores de salud es muy complicado”, zanja. No queremos decir con esto que el agua de coco no sea beneficiosa para la salud, pero en ningún caso de la forma tajante que se publicita desde tantos púlpitos.

Fuente: www.elpais.com