QUÉ SON LOS ANTINUTRIENTES Y POR QUÉ SON PARTE DE UNA DIETA NORMAL
Tras las navidades es bastante normal afrontar la cuesta de enero tratando de comer un poco más sano, fijándonos en las porciones y, por supuesto, en aquello que ingerimos, ya sean grasas, fibra, vitaminas o antinutrientes. Quizá es la primera vez que oyes hablar de ellos, y su nombre no parece muy halagüeño, pero, ¿qué son exactamente?
Podrían parecer perjudiciales, pero en realidad no son el enemigo maligno que podría suponerse de los alimentos nutritivos. Siempre que consumas una dieta equilibrada y variada no son motivo de preocupación, y según algunos nutricionistas tienen muchos beneficios para la salud, pero vamos a ello.
¿Qué son los antinutrientes?
Son sustancias que se encuentran en los alimentos vegetales y animales. Su nombre proviene de cómo funcionan en nuestro cuerpo cuando los ingerimos: bloquean o interfieren con la forma en que el cuerpo absorbe otros nutrientes del intestino y en el torrente sanguíneo. Es decir, pueden disminuir la cantidad de nutrientes que realmente obtienes de los alimentos y, por lo general interfieren con la absorción de calcio, hierro, potasio, magnesio y zinc.
Las plantas desarrollaron estos compuestos como mecanismo de defensa contra insectos, parásitos, bacterias y hongos, según informa ‘Science Alert’. Por ejemplo, algunos pueden hacer que un alimento tenga un sabor amargo, lo que hará que los animales no quieran comerlo y así se quede a salvo la semilla. En los alimentos que consume la gente, es normal o más común encontrar antinutrientes que se encuentran de forma natural en cereales integrales y legumbres.
No hay que preocuparse
Quizá suenan un poco temibles, pero los estudios han demostrado que los antinutrientes no son motivo de preocupación a menos que se consuman en cantidades extremadamente altas. Por lo demás, tienen numerosos beneficios para la salud. Los científicos están tratando de darles un ‘lavado de imagen’ como sucede con la fibra dietética: en un primer momento se creyó que era mala para las personas, sin embargo, ahora se fomenta su consumo pues se sabe que comer fibra reduce los riesgos de obesidad, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, diabetes o derrames cerebrales.
Con los antinutrientes sucede algo parecido: se consideran en la actualidad alimentos funcionales beneficiosos para la salud. Por ejemplo, las saponinas (comunes en las legumbres) reducen el riesgo de cáncer y colesterol, las lectinas (presentes en cereales) están asociadas con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, los taninos son antioxidantes y los fitatos (en trigo o cebada) aumentan la función inmunológica.
Incorporarlos a una dieta saludable
En general, si comparamos pros y contras de los antinutrientes, los primeros suelen ganar, pues los alimentos que los contienen son frutas, verduras, cereales integrales o legumbres, alimentos todos ellos que deben fomentarse y no evitarse. Como decíamos al principio, solo se convierten en una preocupación si se consumen en cantidades extremadamente altas, lo cual es bastante complicado.
Las personas con mayor riesgo de sufrir efectos negativos de los antinutrientes son vegetarianos y veganos porque su dieta se basa en gran medida en alimentos que los contienen Además, una gran proporción de los antinutrientes se eliminan o pierden a medida que se procesan y cocinan los alimentos, especialmente si se remojan, hierven o someten a otros procesos de alta temperatura. Las personas con mayor riesgo de sufrir efectos negativos de los antinutrientes son vegetarianos y veganos porque su dieta se basa en gran medida en alimentos que los contienen, pero recordemos que estas dietas son de las más saludables del mundo y están asociadas con un riesgo reducido de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes o determinados tipos de cáncer. A la hora de incorporarlos a tu dieta, aquí van algunos consejos: compra productos lácteos con calcio, remoja las legumbres antes de cocinarlas y combina alimentos con alto contenido en hierro y zinc con otros con alto contenido en vitamina C. Y, por supuesto, bon appétit.
Fuente: https://www.elconfidencial.com (18-01-21)