NUEVOS HALLAZGOS SOBRE EL EFECTO DE LA GRASA PARDA EN HUMANOS

La exposición breve y moderada al frío puede ayudar a las personas con tejido adiposo pardo a quemar un 15% más de calorías que las personas que no tienen este tipo de tejido adiposo. Ese es el principal hallazgo de un estudio publicado en el Clinical Journal of Endocrinology & Metabolism, la revista líder de la Endocrine Society. 

A diferencia del tejido adiposo blanco, el tejido adiposo pardo quema calorías a través de la oxidación de ácidos grasos y la producción de calor, y se considera un objetivo muy prometedor en la lucha contra la obesidad generalizada: este proceso puede activarse por exposición al frío. “Estos datos mejoran nuestra comprensión de cómo se comporta la grasa parda en los humanos”, dice el líder del estudio Florian W. Kiefer de la División de Endocrinología y Metabolismo, dentro del Departamento de Medicina III de MedUni Viena.

En humanos y mamíferos, generalmente se hace una distinción entre al menos dos tipos de depósitos grasos, tejido adiposo blanco y pardo. El tejido adiposo blanco ocurre con mucha más frecuencia en el cuerpo humano, almacena grasa y se encuentra predominantemente en las almohadillas grasas conocidas en el abdomen, la parte inferior y la parte superior de los muslos. Cuando el cuerpo necesita más energía, puede recurrir a estos depósitos. En contraste, la grasa parda quema energía, liberando así calor. Sin embargo, a medida que las personas envejecen o aumentan de peso, el número de estas células disminuye constantemente.

Algunos adultos todavía tienen grasa parda, pero la abrumadora proporción de su grasa corporal está compuesta de grasa blanca. En adultos, la grasa parda se encuentra en la base del área del cuello / garganta y en el tórax. La grasa parda es considerada como la central térmica del cuerpo humano. Los bebés están bien tapizados, ya que lo necesitan para evitar que se enfríen demasiado.

Grasa parda buena

Los investigadores utilizaron una exploración PET para identificar dos grupos de voluntarios: aquellos con y sin tejido adiposo pardo activo. Analizaron la función y el consumo de energía del tejido adiposo pardo en estas personas antes y después de una breve exposición al frío y descubrieron que el grupo con tejido adiposo pardo activo no solo quemó significativamente más calorías sino que también tenía un perfil de ácidos grasos más saludable en la sangre. Dice Kiefer: “Descubrimos que las personas con tejido adiposo pardo activo consumían 20 kcal más que aquellas que no tenían ninguno”.

“Además, las personas con tejido adiposo pardo activo tenían concentraciones más altas de ácidos grasos antiinflamatorios, mientras que los niveles de algunos de los ácidos grasos nocivos, que se sabe que contribuyen a la diabetes y las enfermedades cardíacas, fueron más bajos. Esto nos muestra que necesitamos estudiar el tejido adiposo pardo humano con mayor detalle para ver si la activación de este órgano puede protegernos de enfermedades metabólicas y cardiovasculares”, explica el investigador de MedUni Vienna. Además de Florian Kiefer, el equipo de investigación de MedUni Vienna también incluyó a Alexandra Kautzky-Willer, Carsten T. Herz (Departamento de Medicina III), Alexander Haug y Oana C. Kulterer (Departamento de Imagen Biomédica y Terapia guiada por imágenes) y Dietmar Pils (Departamento de Cirugía). Christopher Gerner (co-autor correspondiente).

Fuente: https://www.meduniwien.ac.at

Referencia: Kulterer OC, Niederstaetter L, HerzCT, et al. The presence of active brown adipose tissue determines cold-induced energy expenditure and oxylipin profiles in humans. J Clin Endocrinol Metab, Published: 28 April 2020