APUNTANDO A NUESTRO SEGUNDO CEREBRO PARA COMBATIR LA DIABETES

Desde 2004, Claude Knauf (INSERM) y Patrice Cani (UCLouvain) colaboran en los mecanismos moleculares y celulares para comprender las causas del desarrollo de la diabetes tipo 2 y sobre todo para identificar nuevas dianas terapéuticas. En 2013, crearon un laboratorio internacional, “NeuroMicrobiota Lab” (INSERM-UCLouvain), para identificar los vínculos entre el cerebro y las bacterias intestinales.

Muy rápidamente, comprendieron que el eje intestino-cerebro juega un papel preponderante en la regulación del azúcar en la sangre. Cuando comemos, el intestino (también llamado “segundo cerebro” debido a las neuronas que lo componen) se contrae y digiere los alimentos. El azúcar y la grasa ingresan al cuerpo y sus niveles aumentan en la sangre. Usando este azúcar y grasa, el cuerpo hace su trabajo o los almacena. En una persona con diabetes, este proceso funciona mal y el nivel de azúcar aumenta en proporciones anormales.

Dando un paso más allá, los dos investigadores observaron que el intestino, cuando digiere, envía una señal al cerebro para averiguar qué hacer con las grasas y azúcares entrantes. Luego, el cerebro envía el mensaje a varios órganos (hígado, músculos, tejido adiposo) para prepararse para reducir los niveles de azúcar y grasa en sangre. En un individuo diabético, sin embargo, este mecanismo no funciona. Los investigadores han observado que el intestino funciona mal y no envía ninguna señal al cerebro. 

La causa es la hipercontractilidad del intestino, que interfiere con la comunicación con el cerebro. De repente, las órdenes para sacar el azúcar de la sangre ya no pasan. El azúcar permanece, provocando hiperglicemia. El mecanismo también influye en la acción de la insulina: sin mensaje significa que no hay acción de la insulina, lo que genera resistencia a la insulina.

Los investigadores intentaron comprender esta hipercontractilidad observando las diferencias en la constitución del intestino, así como la acción de los prebióticos dentro de la microbiota en ratones “normales” y “diabéticos”. Observaron que un lípido en particular era muy deficiente en ratones diabéticos, pero también en personas con diabetes (aunque está presente de forma natural en los intestinos de pacientes sanos). Por lo tanto, el equipo probó el impacto del lípido en el uso de azúcares, en la contracción del intestino y, en última instancia, en la diabetes. Anne Abot y Eve Wemelle, miembros del equipo de investigación de NeuroMicrobiota, descubrieron que el lípido es la clave para restaurar el uso del azúcar. Funciona actuando directamente sobre el segundo cerebro.

Hoy, el equipo ha descubierto y comprendido cómo nuestras bacterias intestinales (o microbiota intestinal) desempeñan un papel importante en la alteración de la producción de lípidos bioactivos y, a partir de ahí, para restaurar la comunicación perfecta entre el intestino y el cerebro. Por tanto, algunos de estos lípidos son mensajeros esenciales que actúan sobre objetivos muy precisos en el segundo cerebro (encefalinas o receptores de opioides). Las posibilidades de tratamiento incluyen modificar la producción corporal de dichos lípidos, o tomarlos por vía oral. Estas vías están en estudio.

Utilizando el mismo enfoque, el equipo de investigación INSERM-UCLouvain contribuyó al descubrimiento de un nuevo lípido bioactivo que reduce la inflamación intestinal. Es producido directamente por ciertas bacterias intestinales, también identificadas en este estudio y, por lo tanto, los dos enfoques, ya sea el lípido o una o más bacterias, podrían servir como diana terapéutica.

Uno de cada tres de los 150.000 seres humanos que mueren cada día es víctima de una enfermedad cardiovascular, según la OMS. La mitad de la población belga tiene sobrepeso y presenta riesgos cardiovasculares y de diabetes tipo 2. Esta investigación de UCLouvain e INSERM podría tener un impacto en una gran parte de la población.

Fuente: https://www.eurekalert.org

Referencia: Abot A, Wemelle E, Laurens C, et al. Identification of new enterosynes using prebiotics: roles of bioactive lipids and mu-opioid receptor signalling in humans and mice. Gut Published Online First: 05 October 2020.