ACTIVIDAD FÍSICA, INSULINOSENSIBILIDAD Y ANTIOXIDANTES

El ejercicio practicado de forma regular tiene numerosos beneficios para la salud, siendo uno de ellos el aumento de la insulinosensibilidad, acción mediada principalmente por el incremento de la expresión y translocación de transportadores de glucosa hacia la membrana plasmática independiente de la insulina.

Diversos estudios concluyen que la actividad física previene la aparición de diabetes tipo 2 en sujetos predispuestos, pudiendo incluso ser más efectivo que el fármaco antidiabético metformina. También se sabe que la actividad física promueve la generación de especies de oxígeno reactivo (ROS) a nivel mitocondrial.

Por otra parte, es cada vez más frecuente en la población general, el uso de antioxidantes con el propósito de prevenir una serie de enfermedades crónicas y retardar el envejecimiento, al disminuir la cantidad de radicales libres producidos normalmente durante el metabolismo oxidativo celular. Si bien nuestro cuerpo cuenta con un sistema natural antioxidante de tipo enzimático y no enzimático, que nos permite eliminar eficientemente las especies de oxígeno reactivo (ROS) y así prevenir el daño tisular, muchas veces este se ve sobrepasado por una mayor producción, acumulándose y generando efectos deletéreos. Este desbalance entre la producción y neutralización de radicales libres a favor de los primeros, se conoce como estrés oxidativo.

Estrés oxidativo y actividad física
Durante la actividad física se produce un aumento importante en la formación de radicales libres, variando según la intensidad del ejercicio y cuyos mecanismos no son del todo comprendidos, señalándose como posibles fuentes, los procesos de isquemia perfusión, formación derivada del metabolismo oxidativo, oxidación de la hemoglobina y mioglobina y una mayor producción por parte de los neutrófilos. Una producción excesiva de radicales libres se ha vinculado junto a otros factores, en la génesis del síndrome de sobreentrenamiento, una condición caracterizada por fatiga y bajo rendimiento, frecuentemente asociada con infecciones recurrentes y depresión. Lo anterior, ha llevado a realizar estudios para evaluar los potenciales efectos beneficiosos que pudiera tener la administración de antioxidantes, en particular vitaminas, sobre el rendimiento deportivo, siendo sus resultados hasta la fecha discordantes.

Actividad física, antioxidantes y sensibilidad insulínica
Si bien siempre tenemos habitualmente una noción negativa de los radicales libres, no debemos olvidar que estos también desempeñan algunas acciones beneficiosas, entre ellas: participar en la fagocitosis, favorecer la síntesis de colágeno y prostaglandinas, activar enzimas de la membrana celular, disminuir la síntesis de catecolaminas por las glándulas suprarrenales y favorecer la quimiotaxis, agregándose ahora último su acción favorecedora del incremento de la insulinosensibilidad observada en la actividad física.

Un interesante trabajo recientemente publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, por Ristow et al, de la Universidad de Jena, Alemania, señala que la ingesta de antioxidantes (vitamina C y E) bloquearía los efectos insulinosensibilizantes observados con el ejercicio. Estudiando el beneficio del ejercicio sobre la sensibilidad insulínica durante 4 semanas, a través de clamp euglicémico hiperinsulinémico y biopsia muscular, en 39 hombres jóvenes sanos, 19 no entrenados y 20 preentrenados, a los cuales se les suministró durante el mismo tiempo suplementos antioxidantes de vitaminas C y E (1.000 mg y 400 UI diarias, respectivamente), reportan que aquellos sujetos que estaban con el antioxidante, tanto no entrenados como preentrenados, no experimentan el esperado incremento en la sensibilidad insulínica observado normalmente con el ejercicio, a diferencia de los que no lo tomaron, que si lo expresan.

El posible mecanismo por el cual los antioxidantes impiden la acción beneficiosa del ejercicio sobre la sensibilidad insulínica, parece estar determinado específicamente por el bloqueo del estrés oxidativo a nivel muscular por los antioxidantes. Según los hallazgos, la formación transitoria de ROS es un paso imprescindible para incrementar la insulinosensibilidad, efecto que estaría mediado por estos a través de la activación del PPARγ y de los coactivadores PGC1α, y PGC1β. Por tanto, si se quiere  prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2 por medio del ejercicio físico en personas de alto riesgo, no sería conveniente el uso concomitante de antioxidantes.

Ejercicio físico, insulinosensibilidad y estrés oxidativo El ejercicio físico ejercería efectos aminorantes sobre la resistencia insulínica a través del incremento en la formación mitocondrial de especies de oxígeno reactivo (ROS) en músculo esquelético, los cuales inducen por una parte la expresión de PPARγ, PGC1α y PGC1β, promoviendo la insulinosensibilidad y por otra inducen también la expresión de superóxido dismutasas 1 y 2 y de glutatión peroxidasa 1, enzimas claves en la defensa de las ROS. El bloqueo de la formación de ROS por el ejercicio a través de suplementos de antioxidantes (vitamina C y E), anularía los efectos beneficiosos de este sobre la salud, fracasando en promover la insulinosensibilidad y las defensas antioxidantes.

Ristow M, Zarse K, Oberbach A, et al. Antioxidants prevent health-promoting effects of physical exercise in humans. Proc Natl Acad Sci U S A. 2009 May 26;106:8665-8670.

Fuente: Sociedad Chilena de Obesidad