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El péptido hormonal tirosina-tirosina (siglas en inglés PYY) puede convertirse en la nueva promesa para el tratamiento de la obesidad pero solo si es administrado vía oral.

Este péptido se sintetiza en el estomago como señal dirigida al cerebro para iniciar la sensación de saciedad. Si se inyecta en los seres humanos de forma intravenosa causa malestar visceral y nauseas y degrada el sabor de los alimentos. Zolotukhin y colaboradores han hallado que rociar este péptido en las bocas de roedores de laboratorio causa como era de esperar el cese en la ingesta de alimentos, pero sin el efecto de las nauseas o malestares.

Parece ser que este péptido administrado oralmente sigue otras vías de señalización dirigidas al cerebro informando al cerebro de que ha de parar de comer, pero sin arruinar el sabor de la comida.

  Este tipo de hormonas u otros compuestos pueden actuar sobre moléculas diana encaminadas a reducir el sobrepeso, pero sin los efectos adversos de las náuseas o malestares viscerales.

Fuente: http://researchblogging.org/

Referencia: Hurtado MD, Sergeyev VG, Acosta A, et al. Salivary Peptide Tyrosine-Tyrosine 3-36 Modulates Ingestive Behavior without Inducing Taste Aversion. The Journal of neuroscience : the official journal of the Society for Neuroscience, 33 (47), 18368-80.