LA EMBOLIZACIÓN ARTERIAL BARIÁTRICA (EAB) OFRECE UN ENFOQUE MENOS CRUENTO PARA TRATAR LA OBESIDAD

La embolización arterial bariátrica (EAB) se relacionó con una pérdida de peso sostenida y una supresión importante del apetito en un estudio preliminar pequeño de individuos con obesidad patológica.

estomago

La EAB podría ofrecer a individuos obesos una alternativa mínimamente cruenta a los métodos quirúrgicos para reducir su peso, según el Dr. Clifford Weiss, director de investigación de radiología intervencionista de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.

Presentó los resultados del estudio preliminar el 3 de abril en el congreso anual de la Society of Interventional Radiology en Vancouver, Columbia Británica.

La EAB se dirige al fondo gástrico, que produce la potente hormona del hambre ghrelina. Un radiólogo intervencionista capacitado utiliza catéteres y mediante control con imágenes logra acceso a vasos sanguíneos específicos que irrigan el fondo gástrico a través de una pequeña incisión en la piel, en la ingle o la muñeca; se inyectan en estos vasos cuentas microscópicas para reducir el flujo sanguíneo en esa porción del estómago, suprimiendo de esta manera las señales de hambre y dando por resultado disminución del apetito y reducción del peso.

“Este procedimiento ha mostrado perspectivas favorables en estudios en animales”, señalan los autores en su resumen para el congreso. Diseñaron el estudio BEAT Obesity como la primera prueba del procedimiento en seres humanos.

Entre los participantes figuraron siete adultos con obesidad patológica por lo demás sanos, con un índice de masa corporal de entre 40 y 60 kg/m2 (IMC medio: 43,8 kg/m2). Su media de edad era 37 años.

Todos los participantes en el estudio se alistaron en el Centro para Control de Peso de Johns Hopkins y trabajaron con un equipo interdisciplinario para implementar cambios en el estilo de vida y en la alimentación antes y después del procedimiento. A los uno, tres y seis meses después de la EAB, los investigadores efectuaron seguimiento a los individuos evaluando reducción de peso, concentraciones de ghrelina, calificaciones de hambre y saciedad, calidad de vida, presión arterial y efectos adversos.

En estos primeros siete pacientes, no hubo “efectos adversos importantes, de manera que el tratamiento resultó inocuo”, dijo el Dr. Weiss.

También señaló que las concentraciones de ghrelina “tuvieron una tendencia a descender y las puntuaciones en la calidad de vida mejoraron”. Asimismo, todos los pacientes tuvieron reducción de peso y comunicaron tener menos hambre después del procedimiento.

En el primer mes después de la EAB, los participantes tuvieron un promedio de reducción del peso excesivo del 5,9%. “Y fue alentador”, que después de seis meses, la reducción del peso excesivo se incrementase a un promedio del 13,3%, señaló.

“Si bien todavía estamos en las etapas iniciales de la investigación, estos primeros resultados de los siete pacientes demuestran que este tratamiento ofrece perspectivas como otra herramienta que el médico puede ofrecer a un paciente para tratar de detener la epidemia de obesidad”, dijo el Dr. Weiss. “Nuestro equipo continuará evaluando el tratamiento en mayor cantidad de pacientes para determinar mejor la eficacia y la perdurabilidad de la reducción de peso mediante la embolización bariátrica en el curso del tiempo”.

Fuente: http://espanol.medscape.com

Referencia: Society Interventional Radiology, 2016.