ASOCIAN RIESGO DE DEPRESIÓN CON LA PÉRDIDA DE PESO

Quienquiera que tenga kilos de más seguro sueña con perderlos. Sin embargo, parece que quienes logran la hazaña de reducir medidas tienen mayor propensión a la depresión.

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La mayoría de anuncios sobre dietas o programas para perder peso suelen mostrar personas alegres, encantadas de desprenderse de los kilos de más; un nuevo estudio británico detectó que quienes consiguen adelgazar mejoran su salud física pero presentan tasas más elevadas de depresión. La investigación corrió por cuenta del University College de Londres (Reino Unido) cuyos resultados se publican en la revista PLoS One, que apunta que en realidad la pérdida de peso podría provocar un cambio de humor diferente al que se pensaba.

“Sabemos que la pérdida de peso es difícil de lograr o mantener, por lo que nos preguntamos si esto podría explicar en parte que los efectos psicológicos no fueran del todo positivos”, reconoció Jane Wardle, autora principal del estudio. Los investigadores utilizaron información de 1.979 hombres y mujeres con sobrepeso y obesas que formaron parte de un estudio longitudinal sobre envejecimiento en Reino Unido, por lo que todos tenían más de 50 años.

De este modo, analizaron la altura, peso y perímetro abdominal de todos los participantes, y se utilizaron una serie de cuestionarios para evaluar su estado de ánimo. Asimismo, se midió su presión arterial y nivel de triglicéridos para determinar su riesgo cardiovascular. Al inicio del estudio ninguno de los participantes presentaba síntomas de depresión, y como se trataba de un estudio observacional, los investigadores no dieron consejos o instrucciones a los participantes de cómo perder peso, sino que se limitaron a contabilizar a quienes mostraron la intención de hacerlo.

Tiempo después…

Cuatro años más tarde, el 14% de los participantes lograron perder al menos el 5% de su peso corporal inicial, 6,8 kilos; otro 71% mantuvo su peso estable y el 15% pesaba un 5% más que antes, con cerca de 6,3 kilos de media. La edad media fue mayor en el grupo de los que perdió peso, y había más hombres y personas de más ingresos en el grupo que ni sumó ni restó kilos. Asimismo, reconocen los autores, la mayoría de los que perdieron peso solían pesar más que el resto. Al medir su bienestar psicológico, vieron como éste se había deteriorado en los tres grupos, pero los miembros del grupo que perdieron peso eran un 80% más propensos a deprimirse que quienes no habían cambiado de talla de ropa.

El estudio no prueba que la pérdida de peso sea la causante de la depresión, señalan los autores, que de hecho creen que podría ser este trastorno mental la causa y no la consecuencia de la pérdida de peso. “Para perder peso una persona tiene que comer menos de lo que les gusta, y posiblemente menos que la gente que le rodea, y perder el placer de comer puede ser duro para ellos aunque como compensación vayan a perder una talla de ropa y tengan mejor salud”, reconoció esta experta.

Fuente: Reuter/EP

Referencia: Jackson SE, Steptoe A, Beeken RJ, et al. Psychological Changes following Weight Loss in Overweight and Obese Adults: A Prospective Cohort Study. PLoS One. 2014 Aug 6;9(8):e104552