CHILENAS QUE TRABAJAN TIENEN MÁS SOBREPESO Y OBESIDAD

Estudio mostró que tienen más problemas de peso que las que no trabajan, entre otras razones, por estrés laboral.

¿Cuál es el estado nutricional de las chilenas trabajadoras? Fue uno de los objetivos de estudio de un grupo de nutricionistas que tomando los datos de la última Encuesta Nacional de Salud, se centró en el análisis de datos de las mujeres entre los 20 y 44 años, período en el que están en edad productiva laboralmente y a cargo de los hijos en casa.

Los resultados no fueron muy alentadores. Según la literatura internacional, en algunas culturas trabajar fuera del hogar es un factor protector para la malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad), situación que no ocurre en Chile.

Ximena Guerra, autora principal del estudio y académica de la carrera de nutrición de la U. Tecnológica Inacap, señala que entre las mujeres en edad fértil que trabajan es más frecuente encontrar sobrepeso y obesidad que en aquellas que no lo hacen. Según el estudio, al estar expuestas al ambiente laboral aumentan 1,3 veces la prevalencia de malnutrición por exceso. Aunque ahondar en las causas no fue objeto del estudio, Guerra dice que se sabe que la malnutrición por exceso depende de muchos factores y uno de ellos es el estrés laboral. “En Chile, ser trabajadora se asocia a mayor cansancio e irritabilidad que en hombres trabajadores. Las mujeres tienen doble presencia, laboran fuera y dentro del hogar por lo que probablemente tienen menos tiempo para preparar alimentos caseros (con más verduras y menos calorías)”, señala la nutricionista.

La nutrióloga de Clínica Las Condes, Cristina Olivos, también cree que las mujeres que trabajan y sobre todo, las que trabajan y tienen hijos y familia, están sometidas a mayor estrés, lo que repercute directamente en el buen dormir y el sueño reparador, afectando el peso, la nutrición y un buen estilo de vida.

“Cuando se duerme menos se produce más hambre y especialmente, de cosas dulces. Esto ocurre porque las áreas de control del apetito están sometidas a la voluntad (corteza cerebral). Si estás cansado, la voluntad es menor, te concentras menos, estás más irritable e impulsivo y esa impulsividad también se da con la comida”, indica la especialista.
Entre las mujeres que trabajan, hay menos disponibilidad para el ítem comida, desde comprar los alimentos, organizar un menú, preparar la comida. “Es más fácil que se equivoquen en el día a día porque no hay tiempo para hacer todo eso. En los trabajos, no todos tienen servicio de alimentación y aquellos que lo tienen, no siempre son de calidad porque el que contrata no paga tanto y ofrecen mucho carbohidratos, con proteínas de mala calidad o insuficiente”, insiste Olivos.

Este grupo de mujeres son casi un cuarto de la población chilena, un quinto de la fuerza de trabajo y en un tercio de los casos, son jefas de hogar. Por ello, además, son las formadoras de hábitos de la familia. “Ellas eligen los alimentos, compran y cocinan para su familia”, dice Patricia Caro, nutricionista de la Escuela de Salud Pública de la U. Mayor, que también participó en el estudio.

Otros factores protectores son el consumo de cereales, frutas y verduras y pescado. Sin embargo, entre las mujeres que trabajan sólo el 11,8% cumple con la recomendación de las cinco porciones de frutas y verduras al día; sólo el 15,4% consume al menos un cereal integral al día y sólo el 12% come pescados dos o más veces por semana.

Por edad, las mujeres en el tramo de 20 a 30 años tienen 52,1% de obesidad y sobrepeso, el que sube a 71% cuando se considera a las de 31 a 44 años. Según Caro, a mayor edad de las mujeres hay mayor obesidad debido a que ganan más peso con los embarazos, se vuelven más sedentarias y el metabolismo con los años se vuelve más lento.

Fuente: Diario la tercera (08/08/2017)