CÓMO EL ESTRÉS PUEDE PREPARAR AL CUERPO PARA ALMACENAR GRASA

Usando un modelo de ratón, los investigadores descubrieron que la insulina controla una ruta molecular en el cerebro que se activa durante el estrés y conduce a un aumento de peso mayor.

Los investigadores siempre han estado conscientes de que el estrés puede conducir a la adicción y aumentar el riesgo de enfermedad. Los estudios también han demostrado que el estrés crónico puede cambiar los patrones de alimentación y afectar la elección de los alimentos. Aunque algunas personas comen menos cuando están bajo estrés, la mayoría tiende a comer en exceso y aumentar su ingesta de alimentos altos en calorías.

Cuando se produce estrés, las glándulas suprarrenales liberan una hormona llamada cortisol, que aumenta el apetito y motiva a una persona a comer, especialmente alimentos con alto contenido de grasa, azúcar o ambos. En combinación con la insulina alta, una de las hormonas que controlan la ingesta de alimentos, los niveles altos de cortisol son un factor clave en la llamada alimentación con estrés.

Los patrones de alimentación varían de persona a persona, pero algunas investigaciones sugieren que el sexo biológico de una persona puede afectar su comportamiento para sobrellevar el estrés. Un estudio finlandés, que incluyó a casi 7.000 adolescentes, mostró que las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de comer en exceso cuando estaban bajo estrés y tenían un mayor riesgo de obesidad.

Entender qué controla el estrés al comer

El profesor Herbert Herzog, jefe del laboratorio de trastornos alimentarios en el Instituto de Investigación Médica Garvan en Darlinghurst, Australia, dirigió recientemente un equipo de investigadores que realizó un estudio en ratones para comprender qué controla el estrés alimenticio. Los investigadores publicaron sus hallazgos en la revista Cell Metabolism.

“Este estudio indica que tenemos que ser mucho más conscientes de lo que comemos cuando estamos estresados para evitar un desarrollo más rápido de la obesidad”. Una parte del cerebro llamada hipotálamo desempeña el papel más importante en el control de la ingesta de alimentos, mientras que los científicos han implicado a la amígdala en el procesamiento emocional. En este estudio, los investigadores hicieron un descubrimiento: una vía molecular en el cerebro controlada por la insulina que puede llevar a un aumento de peso excesivo.

“Nuestro estudio demostró que cuando estaban estresados durante un período prolongado y había alimentos con alto contenido calórico, los ratones se volvían obesos más rápidamente que los que consumían el mismo alimento alto en grasa en un ambiente libre de estrés”, dice el Dr. Kenny Chi Kin Ip. Autora principal del estudio.

La molécula en el centro de esta vía en el cerebro se llama NPY. El cerebro produce esta molécula de forma natural durante los momentos estresantes, y el estudio mostró que el NPY estimula la ingesta de alimentos ricos en calorías en ratones. “Descubrimos que cuando desactivamos la producción de NPY en la amígdala, el aumento de peso se redujo. Sin el NPY, el aumento de peso en una dieta alta en grasas con estrés fue el mismo que el aumento de peso en un ambiente sin estrés”, explica Goteo.

El estrés y los alimentos caloríficos crean un círculo vicioso

Los investigadores analizaron las células nerviosas que produjeron NPY en la amígdala y encontraron que tenían receptores para la insulina, una hormona que produce el páncreas, que ayuda al cuerpo a almacenar y usar la glucosa.

En un ambiente libre de estrés, después de una comida, el cuerpo produce insulina, que es responsable de suministrar la glucosa del torrente sanguíneo a las células para que puedan usarla como combustible. También le indica al hipotálamo que es hora de dejar de comer.

Al comparar los ratones bajo estrés con los que estaban libres de estrés, los investigadores demostraron que la producción de insulina aumentó solo ligeramente durante los momentos estresantes. Sin embargo, cuando compararon ratones estresados en una dieta alta en calorías con ratones sin estrés en una dieta normal, encontraron que los niveles de esta hormona se volvieron 10 veces más altos en el grupo anterior.

Estos altos niveles de insulina causaron que las células nerviosas en la amígdala se desensibilizaran a la insulina y aumentaran los niveles de NPY.

“Nuestros hallazgos revelaron un círculo vicioso, donde los niveles elevados de insulina crónicos provocados por el estrés y una dieta rica en calorías promovían cada vez más la alimentación”, concluye el Prof. Herzog.

El equipo de investigación se sorprendió al descubrir que la insulina tenía un efecto tan significativo en la amígdala. Los resultados muestran que la insulina no solo regula las funciones en las regiones periféricas del cuerpo, sino que también puede afectar vías importantes en el cerebro. El equipo espera investigar estos efectos en el futuro.

Fuente: https://www.medicalnewstoday.com

Referencia: Ip CK, Zhang L, Farzi A, et al. Amygdala NPY circuits promote the development of accelerated obesity under chronic stress conditions. Cell Metab. 2019 Apr 22. pii: S1550-4131(19)30185-8.