EL EJERCICIO AUMENTA EL HAMBRE DE LAS RATAS HEMBRAS Y MANTIENE EL AUMENTO DE PESO

Las diferencias sexuales juegan un papel importante en la relación entre el ejercicio, el apetito y la pérdida de peso, según una nueva investigación en ratas. El estudio se publica en el American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology. Fue elegido como artículo de APSselect para agosto.

Uno de los mayores desafíos asociados con la obesidad es mantener la pérdida de peso. Las investigaciones han demostrado que la mayoría de las personas que pierden peso lo recuperan en un año, en gran parte debido a los cambios fisiológicos en el cuerpo, particularmente en las hormonas reguladoras del apetito y el equilibrio energético, que ocurren con la pérdida de peso . El balance energético es la diferencia entre la ingesta energética y la energía gastada, incluso a través de la actividad física. Estudios anteriores han sugerido que el ejercicio puede ayudar a las personas a mantener un peso saludable incluso si no han perdido peso recientemente. Sin embargo, las diferencias sexuales pueden influir en la eficacia del ejercicio como clave para regular el apetito.

Los investigadores estudiaron ratas machos y hembras sometidas a una dieta alta o baja en grasas. Después de seis semanas, la mitad de las ratas comenzó un régimen de ejercicio de cuatro semanas, mientras que la otra mitad permaneció sedentaria. El grupo de ejercicio utilizó una cinta de correr durante una hora cada día, cinco días a la semana. El equipo de investigación analizó el gasto energético y los patrones de alimentación de los animales, junto con los niveles de colesterol, insulina y leptina, una de las hormonas reguladoras del apetito.

Como era de esperar, las ratas machos que hacían ejercicio ganaron menos peso, independientemente de la dieta que siguieran, en comparación con el grupo sedentario. Sin embargo, el ejercicio y los grupos de hembras sedentarios ganaron aproximadamente la misma cantidad de peso. Además, una prueba en la que se les dio a las ratas a elegir entre una bebida azucarada o una bebida a base de soja mostró que el ejercicio no evitaba que los animales de ambos sexos consumieran en exceso las bebidas altas en calorías. El ejercicio redujo los niveles de colesterol y leptina en los hombres, pero no cambió estos niveles en las mujeres.

El equipo de investigación encontró que las hembras que se ejercitaban, pero no los machos, comían más que las que no lo hacían. Sin embargo, «solo en los días en que las ratas hacen ejercicio se suprime agudamente la ingesta de alimentos en los machos y [aumenta] en las hembras. Las ingestas en los días en que los deportistas descansan reflejan las de las ratas sedentarias, independientemente del sexo. Estos resultados sugieren que el efecto del ejercicio sobre la ingesta de energía, y posteriormente el equilibrio energético, en respuesta al ejercicio no son una adaptación crónica al entrenamiento», escribieron los investigadores. Parece más probable que el cambio en el balance energético sea ​​un efecto directo y a corto plazo de la actividad física del día, explicó el equipo.

«Existe alguna evidencia de que estas diferencias sexuales impulsadas biológicamente en el apetito en respuesta al ejercicio se traducen en los humanos», escribieron los investigadores. Aunque hay numerosos beneficios para la salud que vienen con el ejercicio, las mujeres en particular pueden necesitar hacer un esfuerzo consciente para aumentar sus niveles de actividad física y disminuir su ingesta de alimentos para obtener los beneficios del ejercicio sobre el peso corporal, explicó el equipo de investigación.

Fuente: https://medicalxpress.com

Referencia: Foright RM, Johnson GC, Kahn D, et al. Compensatory eating behaviors in male and female rats in response to exercise training. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol 2020;319: R171–R183.