EL RECEPTOR QUE HACE QUE LOS RATONES SEAN FUERTES Y DELGADOS

El aumento de la circunferencia abdominal y la reducción de los músculos son dos efectos secundarios comunes del envejecimiento. Investigadores de la Universidad de Bonn han descubierto un receptor en ratones que regula ambos efectos.                                                                                                                                                                                        Los experimentos con cultivos de células humanas sugieren que las vías de señalización correspondientes también podrían existir en humanos. El estudio, que también involucró a investigadores de España, Finlandia, Bélgica, Dinamarca y EEUU., se ha publicado en la revista Cell Metabolism.

En su superficie, las células transportan numerosas “antenas” diferentes, llamadas receptores, que pueden recibir moléculas de señal específicas. Estos luego desencadenan una reacción específica en la célula. Una de estas antenas es el receptor A2B. Las superficies de algunas células están repletas de ella, por ejemplo, en el llamado tejido adiposo pardo. El tejido adiposo pardo, a diferencia de su contraparte de color blanco, no se usa para almacenar grasa. En cambio, quema grasa y por lo tanto genera calor.

“En nuestra publicación, observamos más de cerca los receptores A2B en el tejido adiposo pardo”, explica el profesor Dr. Alexander Pfeifer, del Instituto de Farmacología y Toxicología del Hospital Universitario de Bonn. “En el transcurso de esto, descubrimos una asociación interesante: cuanto más A2B produce un ratón, más calor genera”. Lo que significa que las antenas A2B de alguna manera parecen aumentar la actividad de las células grasas pardo. Pero una segunda observación fue aún más emocionante: a pesar de su mayor quema de grasa, los animales pesan apenas menos que los ratones con menos receptores. “Son más delgados, pero al mismo tiempo tienen más músculos”, explica Pfeifer.

Músculos como un ratón joven

De hecho, los investigadores pudieron demostrar que las células musculares de los ratones también portan el receptor A2B. Cuando esto es estimulado por un agonista de molécula pequeña, aumenta el crecimiento muscular en los roedores. “El receptor regula la quema de grasa y el desarrollo muscular”, enfatiza el colega de Pfeifer, el Dr. Thorsten Gnad, autor principal del estudio.

A medida que envejecen, los ratones pierden cada vez más masa muscular, similar a los humanos. Y al igual que nosotros, también tienden a ganar mucha grasa alrededor de las caderas a lo largo de los años. Sin embargo, si reciben el agonista que activa el receptor A2B, estos efectos de envejecimiento se inhiben: su consumo de oxígeno (un indicador de disipación de energía) aumenta casi a la mitad; Además, después de cuatro semanas de tratamiento tienen tanta masa muscular como un animal joven. “Por lo tanto, la activación de A2B puede revertir ambos efectos del envejecimiento en cierta medida”, explica Gnad.

Para ver si los resultados también fueron significativos para los humanos, los investigadores examinaron cultivos de células humanas y muestras de tejido. Descubrieron que en las personas con una gran cantidad de receptores A2B, el tejido adiposo pardo funciona a una tasa más alta. Al mismo tiempo, sus células musculares consumen más energía, lo que puede indicar que también son más activas y es más probable que se regeneren.

“La obesidad es un problema creciente en todo el mundo”, enfatiza el Prof. Pfeifer. “Cada libra extra no solo aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, sino también el riesgo de hipertensión arterial, daño vascular y, por lo tanto, ataques cardíacos y derrames cerebrales. Estos problemas se ven exacerbados por los músculos que se reducen con los años, ya que reducen aún más el cuerpo requerimientos energéticos tanto en reposo como en movimiento”. Además, la escasa fuerza muscular tiene un impacto inmenso en la vida cotidiana de las personas mayores, ya que su movilidad está cada vez más restringida.

Los farmacólogos explican que la posibilidad de tener un receptor a la mano que pueda ralentizar estos dos fenómenos relacionados con la edad es, por lo tanto, muy emocionante. Sin embargo, la investigación adicional primero tendría que mostrar hasta qué punto los mecanismos humanos realmente se parecen a los de los ratones. Además, actualmente no existe un activador de A2B aprobado para su uso en humanos. Esto significa que se sabe poco sobre los efectos secundarios de dicho tratamiento. “No encontramos signos de reacciones adversas en ratones”, dice Pfeifer. “Sin embargo, la importancia de los resultados es, por supuesto, también limitada en este asunto”.

Gnad enfatiza que el éxito del estudio también es el resultado de una buena cooperación con numerosos socios internacionales: “Hoy en día, es casi imposible trabajar en temas complejos de manera integral sin dicha cooperación”.

Fuente: https://www.sciencedaily.com

Referencia: Gnad T, Navarro G, Lahesmaa M, et al. Adenosine/A2B receptor signaling ameliorates the effects of aging and counteracts obesity. Cell Metabolism. Available online 25 June 2020.