IDENTIFICAN CEPAS PROBIÓTICAS QUE AYUDARÍAN A TRATAR LA DIABETES

Identifican cepas probióticas en el intestino capaces de mejorar el metabolismo de la glucosa y de los lípidos, que podrían ayudar a desarrollar terapias para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. Determinados organismos presentes en la flora intestinal desempeñan un papel fundamental en el control de la diabetes tipo 2, por lo que se podrían desarrollar potenciales terapias probióticas para tratar esta enfermedad metabólica tan prevalente, según han descubierto científicos de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), en Estados Unidos, en una investigación que se ha publicado en Nature Communications.

Andrey Morgun, profesor asociado de ciencias farmacéuticas en la Facultad de Farmacia de OSU y codirector del estudio, ha afirmado que la diabetes tipo 2 constituye una pandemia mundial y que “se espera que el número de diagnósticos siga aumentando durante la próxima década», y ha añadido que la conocida como “dieta occidental, rica en grasas saturadas y azúcares refinados, es uno de los factores principales, pero las bacterias intestinales tienen un papel importante que desempeñar en la modulación de los efectos de la dieta».

El sobrepeso debido a una alimentación inadecuada como la dieta occidental y a la falta de actividad física es un factor de riesgo clave para desarrollar diabetes tipo 2 La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que altera la forma en que el organismo metaboliza la glucosa, un azúcar fuente de energía. El cuerpo de algunos pacientes muestra resistencia a la insulina, una hormona producida por el páncreas que regula la entrada de azúcar en las células, mientras que otros pacientes no producen suficiente insulina para mantener unos niveles normales de glucosa.

La consecuencia en ambos casos es que el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo y, si no se trata, provoca el deterioro de muchos órganos importantes, lo que puede ser potencialmente mortal. El sobrepeso debido a una alimentación inadecuada como la dieta occidental y a la falta de actividad física es un factor de riesgo clave para desarrollar diabetes tipo 2.

El impacto de la microbiota en la metabolización de la glucosa

La microbiota intestinal en los seres humanos está compuesta por más de 10 billones de células microbianas de alrededor de 1.000 especies bacterianas diferentes. La disbiosis o desequilibrio de esta microbiota se suele asociar con efectos perjudiciales para la salud. Natalia Shulzhenko, profesora asociada de ciencias biomédicas en el Carlson College of Veterinary Medicine de OSU y otra de las directoras del trabajo, ha señalado que “nuestro estudio y otros estudios sugieren que los miembros individuales de la comunidad microbiana, alterados por la dieta podrían tener un impacto significativo en el huésped».

Los investigadores emplearon un nuevo enfoque de biología de sistemas para analizar las interacciones huésped-microbio en una dieta occidental, lo que les permitió investigar si los miembros individuales de la microbiota cumplían un papel en los cambios metabólicos que la dieta induce en un huésped. «El análisis apuntó a microbios específicos que potencialmente afectarían la forma en que una persona metaboliza la glucosa y los lípidos», dijo Morgun, “nos permitió hacer inferencias sobre si esos efectos son dañinos o beneficiosos para el huésped. Y encontramos vínculos entre esos microbios y la obesidad».

El estudio «revela posibles cepas probióticas para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, así como información sobre los mecanismos de su acción» Estos científicos identificaron cuatro unidades taxonómicas operativas, o OTU, que parecían influir en el metabolismo de la glucosa. Las OTU son un medio para clasificar las bacterias en función de la similitud de la secuencia genética, y las identificadas correspondían a cuatro especies bacterianas: Lactobacillus johnsoniiLactobacillus gasseriRomboutsia ilealis y Ruminococcus gnavus. Shulzhenko explicó que «los dos primeros microbios se consideran posibles mejoradores del metabolismo de la glucosa, los otros dos posibles empeoradores».

Los investigadores alimentaron a ratones con el equivalente a una dieta occidental y después la suplementaron con microbios mejoradores y empeoradores. Los lactobacilos mejoraron la salud mitocondrial en el hígado, lo que implica mejoras en la manera de metabolizar la glucosa y los lípidos, y los ratones a los que se suministraron esos lactobacilos también tuvieron un menor índice de masa de grasa que los alimentados solo con una dieta occidental.

Al comparar los resultados obtenidos con los roedores con los datos de un estudio previo realizado en humanos, los autores del estudio encontraron asociaciones entre el índice de masa corporal humano y la abundancia de las cuatro bacterias: más mejoradores significaban un mejor índice de masa corporal, más empeoradores se relacionaban con un IMC menos saludable.

Lactobacillus es un género microbiano que contiene cientos de cepas bacterianas diferentes, muchas de las cuales son habituales entre los probióticos y se encuentran habitualmente en muchos tipos de alimentos fermentados y en productos lácteos fortificados con Lactobacillus, como el yogur. Morgun concluye que su «estudio revela posibles cepas probióticas para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, así como información sobre los mecanismos de su acción», y añade que «eso significa una oportunidad para desarrollar terapias dirigidas, en lugar de intentar restaurar la microbiota ‘sana’ en general».

 Fuente: https://www.webconsultas.com

Referencia: Rodrigues RR, Gurung M, Li Z, García-Jaramillo M, et al. Transkingdom interactions between Lactobacilli and hepatic mitochondria attenuate western diet-induced diabetes. Nat Commun. 2021 Jan 4;12(1):101.