LA ADIPONECTINA PUEDE SER UNA POSIBLE DIANA TERAPÉUTICA PARA LA OBESIDAD Y LA DIABETES

La adiponectina, una hormona secretada por el tejido adiposo, juega un papel doblemente importante en la preservación de la función pancreática: en personas delgadas, protege las células beta, que producen insulina, y en personas con obesidad, revierte el daño al tejido graso. El descubrimiento fue realizado por investigadores del Instituto de Química de la Universidad de São Paulo (IQ-USP) en Brasil y se informa en un artículo publicado en la revista Aging Cell, que muestra que la adiponectina es un objetivo terapéutico potencial.

Más de 1.000 millones de personas son obesas en todo el mundo, según los datos puestos a disposición por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022: 650 millones de adultos, 340 millones de adolescentes y 39 millones de niños. Unos 4 mil millones de personas, o más de la mitad de la población mundial, se verán afectadas por la enfermedad en la próxima década, predice la Federación Mundial de Obesidad. La obesidad reduce la esperanza de vida y aumenta la incidencia de disfunciones relacionadas con la edad, especialmente la desregulación de las células beta pancreáticas que conduce a una secreción inadecuada de insulina y diabetes tipo 2.

En ensayos anteriores en modelos animales, investigadores del Laboratorio de Metabolismo Energético del IQ-USP demostraron que las células beta incubadas con suero sanguíneo de ratas delgadas y obesas sufrían alteraciones en un período de 24 horas. En ratas delgadas, el rendimiento de las células beta mejoró porque sus mitocondrias se volvieron más capaces de producir ATP y señalar la secreción de insulina. El ATP es una molécula clave portadora de energía que alimenta las funciones celulares. En ratas obesas, la integridad de las células beta se vio afectada, con el efecto contrario. Para confirmar estos hallazgos en humanos, el grupo analizó muestras de sangre de hombres y mujeres delgados y con obesidad suministradas por el Centro de Cáncer AC Camargo, una importante institución en la ciudad de São Paulo. “Pudimos demostrar que las mujeres delgadas respondieron bien en cuanto a respiración celular y secreción de insulina, y que la situación se deterioró tanto en mujeres con obesidad como en hombres delgados y con obesidad, en ese orden”, dijo Ana Cláudia Munhoz, primer autor del artículo y becario postdoctoral en IQ-USP. “El género y la grasa corporal parecían estar involucrados en el proceso, lo que sugiere la participación de la adiponectina, que es importante para la regulación mitocondrial y es más abundante en las mujeres. Nuestros ensayos de laboratorio confirmaron esta hipótesis”. “Descubrimos que los niveles elevados de adiponectina en el plasma magro son responsables de preservar las funciones de las células beta. Esta es la primera vez que se realiza la observación. En el plasma proveniente de sujetos con obesidad, la hormona reparó el 100% del daño, en uno de los más efectos científicos notables que he visto”, dijo Alicia Kowaltowski, última autora del artículo y profesora del Departamento de Bioquímica del IQ-USP.

Según los investigadores, la adiponectina puede no ser el único componente sanguíneo que falta en las personas con obesidad, ya que la diabetes es una enfermedad multifactorial, pero es importante por su capacidad para modular las funciones de las células beta.

Blanco terapéutico

Los resultados del estudio, que contó con el apoyo de la FAPESP a través de dos proyectos (13/07937-8 y 20/06970-5), refuerzan la importancia de profundizar en los mecanismos moleculares involucrados en la obesidad y su asociación con otros problemas de salud. Esto ayudaría a mejorar el tratamiento y contrarrestar el estigma del “pobre autocontrol”, demostrando una vez más que la obesidad es una enfermedad causada por factores personales y genéticos.También representan otro paso en el proceso de comprensión de aspectos clave de la obesidad, como su prevalencia variable en hombres y mujeres, por ejemplo. Específicamente en lo que respecta a las células beta, el descubrimiento trae buenas noticias para el futuro, ya que demuestra que los problemas derivados de la obesidad son tratables y pueden mitigarse en un tiempo relativamente corto, lo que apunta a una oportunidad prometedora para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.

“La adiponectina propiamente dicha no se puede usar en el tratamiento porque la proteína ya es abundante en el organismo, a diferencia de la insulina, pero indica una vía por la cual se pueden diseñar nuevas moléculas terapéuticas”, dijo Kowaltowski. “Ya hemos comenzado a estudiar medicamentos que se sabe que activan procesos mediados por esta hormona, por ejemplo”. Los investigadores destacaron, sin embargo, que actualmente no existen tratamientos capaces de elevar los niveles de adiponectina en sangre, más allá de perder peso y reducir la adiposidad central mediante la limitación de la ingesta de calorías y el ejercicio. “Es importante tener en cuenta que ningún producto vendido como medicamento para la obesidad tiene una base científica en este momento. Los pacientes deben tener cuidado de no caer en las promesas de los charlatanes en Internet”, advirtió Munhoz.

Fuente: https://www.news-medical.net

Referencia: Munhoz AC, et al. Adiponectin reverses β-Cell damage and impaired insulin secretion induced by obesity. Aging Cell. 2023 Jun;22(6):e13827.