PACIENTES EN LATINOAMÉRICA PREFIEREN LOS INHIBIDORES DEL COTRANSPORTADOR DE SODIO Y GLUCOSA DE TIPO 2 COMO TRATAMIENTO PARA LA DIABETES DE TIPO 2
- Lun 27 de Jun 2022
- Sochob
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Los pacientes con diabetes de tipo 2 prefieren un tratamiento farmacológico con inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 (SGLT2) sobre un tratamiento con inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4 (DPP-4), según hallazgos de un equipo latinoamericano de investigación. Los hallazgos de este estudio se publicaron en Patient Preference and Adherence y dan cuenta de la necesidad de tener discusiones claras, entre pacientes y médicos, antes de definir una estrategia de tratamiento.
«Tomar en cuenta las preferencias y necesidades de los pacientes mientras se diseña el tratamiento puede ayudar a mejorar el cumplimiento terapéutico y con ello mejorar la calidad y la seguridad de la atención médica», comentó en el artículo el Dr. José Esteban Costa Gil, endocrinólogo del Instituto de Cardiología La Plata, en La Plata, Argentina y presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes. La investigación mostró que al recibir información sobre los tratamientos, 88,2% de los participantes prefirió los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 sobre los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4. La Dra. Carmen Castilllo Galindo, endocrinóloga con alta especialidad en diabetes, quien no participó del estudio señaló que estos datos permiten tener reflexiones interesantes, pues en su experiencia, en México los médicos de primer contacto suelen prescribir los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4 y es hasta que el paciente llega al especialista cuando surge la propuesta de cambiar a los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2.
De hecho, para este par de fármacos, la especialista recalcó que los beneficios de los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 superan a los de los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4, tanto por el mejor control glucémico como por los beneficios de protección cardiovascular y renal. De allí la tendencia de los especialistas a recetar con mayor frecuencia los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2, pues los pacientes con diabetes generalmente tienen alteraciones cardiacas o renales y obtienen beneficios extra al control glucémico. «Cuando discutes con los pacientes los beneficios de un tratamiento, claramente van a escoger el que más les da. Por eso yo traduzco la discrepancia entre la preferencia de los pacientes y el tratamiento que reciben como resultado de que al paciente no se le dan opciones», agregó la especialista. Algo con lo que concuerdan los autores del estudio al señalar en su artículo que con frecuencia las preferencias de los pacientes no son tomadas en cuenta por el equipo de salud, a pesar de que se conoce que alcanzar las metas de salud deseadas depende en gran medida de la aceptación y el cumplimiento terapéutico.
Características valoradas por los pacientes
El estudio multicéntrico incluyó 390 pacientes con diabetes de tipo 2 de México y Argentina, que entre junio y septiembre de 2020 completaron un cuestionario, que siguió un modelo de elección discreta, para señalar sus preferencias entre un tratamiento con inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 y uno con inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4. Los resultados mostraron que 88,2% de los participantes prefirió el tratamiento con inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 sobre el tratamiento con inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4. Además los participantes de mayor edad (p = 0,0346), los que presentaron sobrepeso y obesidad (p < 0,0001), presión arterial alta (p < 0.0001), colesterol total alto (p = 0,0360) y hemoglobina glucosilada mayor a 7% (p = 0,0001) tuvieron más probabilidad de elegir los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2.
La razón más importante por la que los pacientes eligieron un fármaco fue su capacidad de reducir la hemoglobina glucosilada y la razón que menos tomaron en cuenta para su decisión fue el riesgo de infecciones genitourinarias. Una posible explicación de que los pacientes prefirieran un tratamiento sobre otro basándose en su efecto sobre la hemoglobina glucosilada es que el manejo de la diabetes de tipo 2, tanto por parte del médico como por parte del paciente, sigue centrándose en el monitoreo y el control de la hemoglobina glucosilada y no en un acercamiento holístico que también ponga atención en los riesgos y comorbilidades asociados la diabetes de tipo 2, señalaron en el artículo el Dr. Costa y sus colaboradores.
Por otro lado, los pacientes no le dieron tanta importancia al aumento de la probabilidad de padecer infecciones genitourinarias como efecto secundario del tratamiento, por lo que la Dra. Castillo resaltó la importancia de discutir todos los detalles de un tratamiento con los pacientes. «Prácticamente la única contraindicación para recetar inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 sería un paciente que tiene una infección de vías urinarias en el momento o que se conoce que tiene alguna alteración de vías urinarias que lo vuelva más susceptible a infecciones crónicas de vías urinarias», explicó la Dra. Castillo.
La importancia de la autonomía
Los autores del estudio concluyeron que una atención centrada en el paciente, que busque una comprensión profunda de sus preferencias y necesidades de información, permitiría mejorar la satisfacción personal y la salud de las personas. Pero además existen implicaciones éticas a considerar. «El respeto a las preferencias de tratamiento del paciente es una opción que se sustenta en el principio de autonomía, limitado por el de justicia distributiva. Por tanto, es importante que el médico dedique tiempo a explicar diferentes pautas que ofrezcan similar perfil de seguridad y eficacia, con el agregado de costos y cobertura que no son menores al efectuar la recomendación», explicó a Medscape en español la Dra. Susana Vanoni, experta en bioética y catedrática en la Facultad de Ciencias Médicas, en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Existen diferentes afecciones que pueden dificultar que el personal de salud discuta y tome en cuenta las preferencias de los pacientes. Por ejemplo, la experiencia en el uso de cierta terapéutica. «Y aquí se agrega otro factor que es la educación continua del profesional. La accesibilidad a educación continua es muy dispar en la región de las Américas y como agravante, los centros de salud no invierten en capacitación profesional, o lo hacen de manera inconstante. De hecho, esto sería un tema para un amplio debate. Muchas veces es la industria farmacéutica quien ofrece viáticos para capacitación, y pueden sumarse potenciales conflictos de interés cuando de medicamentos se habla», detalló la Dra. Vanoni.
De hecho, la Dra. Castillo destacó que esto podría pasar en el caso de los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4: «Es una hipótesis, no es algo que yo asegure, pero los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4 llevan más tiempo en el mercado y como puede ser que los médicos de primer contacto están más acostumbrados a darlos, tal vez no están tan actualizados sobre los beneficios de los nuevos tratamientos. O tal vez los pacientes ya llevan años con ese tratamiento y ya no se los modifican». Además están el factor de la comunicación médico-paciente, la duración de la consulta, que se puede ver limitada por pautas institucionales, comentó la Dra. Vanoni. «Otra condición que reduce el tiempo de comunicación entre médico y paciente es el agobio administrativo que sufren los profesionales con la obligación de completar, a veces de puño y letra inclusive, extensos formularios para la justificación de procedimientos terapéuticos y diagnósticos. O simplemente confeccionar una receta en un sistema electrónico poco amigable o con falencias de conectividad».
Este es el primer estudio realizado en Latinoamérica que analiza las preferencias de tratamientos orales entre pacientes con diabetes. Los autores consideran que su estudio puede ayudar a los profesionales de la salud a educar a sus pacientes y tomar decisiones compartidas para mejorar el manejo de la diabetes de tipo 2. El estudio fue financiado por AstraZeneca. El Dr. Costa ha informado haber recibido honorarios como orador/asesor/consultor de AstraZeneca, Novo Nordisk y Abbott; también es presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes. En el artículo se incluyen más potenciales conflictos de interés de los autores. Las doctoras Castillo y Vanoni han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Fuente: https://espanol.medscape.com
Referencia: Costa JEG, Garnica JCC, Perz PT, et al. Patients’ preference between DPP4i and SGLT2i for type 2 diabetes treatment: A cross-sectional evaluation. Patient Prefer Adherence. 9 May 2022;16:1201-1211.