RASTREANDO EL DESTINO DE LA FRUCTOSA

La fructosa es el más dulce de todos los azúcares naturales, y se ha agregado cada vez más a alimentos y bebidas para mejorar su palatabilidad. Se ha asumido ampliamente que la mayoría de la fructosa en la dieta es metabolizada por el hígado, dado su importante papel en el procesamiento metabólico y su alta expresión de las enzimas requeridas para el metabolismo de la fructosa. 

En un estudio reciente, Jang et al cuestiona estas suposiciones sobre el metabolismo de la fructosa al mostrar que el intestino delgado, y no el hígado, metaboliza la mayoría de la fructosa dietética en glucosa y ácidos orgánicos.

Utilizando métodos de rastreo de isótopos para rastrear el destino de la glucosa y los carbones de fructosa en ratones, estos estudios muestran que el intestino delgado metaboliza casi el 90% de la fructosa en la dieta cuando se consume en dosis moderadas. Solo cuando la fructosa se consume en dosis más altas, la eliminación intestinal de la fructosa en la dieta se ve abrumada y, en consecuencia, el exceso de fructosa es digerido por el hígado y la microbiota que reside en el colon. Estos hallazgos llevaron a los investigadores a proponer un nuevo modelo de metabolismo de la fructosa en el que el intestino delgado protege al hígado de los efectos nocivos de la fructosa.

Los investigadores también demostraron que la capacidad intestinal para el metabolismo de la fructosa mejoraba si los ratones consumían fructosa durante varios días antes de los estudios de isótopos. Por otra parte, el metabolismo intestinal de la fructosa se mejoró cuando los ratones consumieron fructosa en el estado de alimentación en lugar de un estado de ayuno. Estos hallazgos sugieren que consumir altas cantidades de fructosa en un estómago vacío resulta en una disminución del metabolismo de la fructosa en el intestino y un mayor derrame de fructosa en el hígado.

Se necesita trabajo futuro para traducir estos hallazgos de ratones en estudios en humanos. Dado que el consumo excesivo de fructosa está relacionado con trastornos metabólicos, como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad del hígado graso, es de vital importancia entender cómo se procesa la fructosa en la dieta y cómo el cuerpo puede protegerse de los efectos nocivos de la fructosa.

Fuente: Science Translational Medicine 

Referencia: Jang C, Hui S, Lu W, et al. The small intestine converts dietary fructose into glucose and organic acids. Cell Metab 2018;27:351-361.