TRAS ETIQUETADO FRONTAL, LAS FAMILIAS EN CHILE COMPRAN MÁS BEBIDAS CON EDULCORANTES

Chile fue el primer país del mundo en 2012 en implementar de manera obligatoria el etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas. Diferentes investigaciones apuntan a que esto logró disminuir la compra de bebidas azucaradas en la población.

No obstante, un estudio publicado en Current Developments in Nutrition reveló que el número familias que compran bebidas con edulcorantes no calóricos aumentó en 4,2%, lo que equivale a un aumento de 26,5%, en volumen por persona. Este aumento de bebidas con edulcorantes dentro de las familias podría tener consecuencias en la salud de los más pequeños, pues en Chile no es obligatorio que los productos con edulcorantes indiquen que no son recomendables en niños. Y aunque en el estudio no fue posible conocer quiénes son los que dentro del hogar consumen estas bebidas con edulcorantes, se detectó que donde habitan menores de 14 años la compra de bebidas con azúcares disminuyó 15,3%, pero la de bebidas con edulcorantes aumentó 18,2%. La investigación también mostró que los hogares que ya compraban bebidas azucaradas antes de la nueva ley no cambiaron su patrón de compra y esto podría indicar que los aumentos en las compras de bebidas con edulcorantes se dieron en familias que antes no consumían tales productos. Este es el primer estudio que analiza los cambios en la compra de productos azucarados después de la implementación de la ley del etiquetado frontal en Chile. Algo de gran importancia que permitirá seguir mejorando esta política de salud.

“Cuando se hacen políticas para prevenir enfermedades es muy importante poder evaluarlas. Porque justo pueden verse dos cosas: si la política tuvo impacto y también se pueden analizar otros efectos, digamos, no anticipados, de la política”, señaló a Medscape en español el Dr. Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en México, experto externo a la investigación. El especialista comentó que un efecto no anticipado de la política en Chile radicó en que la industria comenzó a añadir edulcorantes no calóricos en todos los productos, incluyendo una gran cantidad de productos que consumen menores de edad, puntualizando que esto no se habría detectado sin las evaluaciones de los investigadores, por lo que trabajos de este tipo son formidables para la salud pública.

Advertir a los padres sobre el consumo de edulcorantes en niños

Las lecciones que deja el etiquetado frontal en Chile sirven a otros países latinoamericanos. Ahora tanto en México como en Argentina los productos con edulcorantes deben advertir que su consumo no se recomienda en niños. “Cuando en México se estaba implementando el etiquetado de advertencia vimos lo que pasaba en Chile. Gracias a sus estudios anticipamos ese efecto. Advertimos que no era conveniente que los niños consumieran este tipo de ingredientes por su asociación con el cáncer y con alteraciones cardiovasculares y de la microbiota intestinal. Entonces generamos un etiquetado que advierte a los padres que ese producto no se recomienda en menores de edad”, destacó el Dr. Barquera.

Asimismo, añadió que en México este etiquetado ayuda a las familias a identificar los productos que los niños no deben consumir y un porcentaje importante de padres ha dejado de adquirir productos con edulcorantes. Por otro lado, una gran cantidad de productos dirigidos a menores contenía tanto azúcar como edulcorantes para hacerlos más dulces. Pero a partir de la implementación del etiquetado frontal la industria comenzó a eliminar los edulcorantes de los productos dirigidos a niños. “La industria ha reformulado, porque es una vergüenza tener un producto dirigido a niños que incluya personajes y señale que su consumo no se recomienda en menores. Aunque más que reformular, lo que se busca con el etiquetado es que la gente aprenda a hidratarse con agua y después con otras bebidas sin calorías ni edulcorantes, como el té o las infusiones”, enfatizó el Dr. Barquera.

En Chile los productos también requieren indicar si contienen edulcorantes. De hecho, es uno de los pocos países en el mundo en el que es obligatorio especificar las cantidades de estos ingredientes. Pero dicha información se presenta en los datos nutricionales y no como un sello de advertencia en la portada de los productos. Natalia Rebolledo Fuentealba, Ph. D., autora del estudio y experta en nutrición y epidemiología, indicó que implementar un sello de advertencia por edulcorantes podría ser una opción viable en Chile.

“Creo que sería una buena modificación para los modelos de etiquetado frontal. Sin embargo, no hay evidencia que indique cómo cambiaría la compra y consumo de alimentos al tener ambas etiquetas en los alimentos. Por ejemplo, no sabemos si los hogares preferirán comprar productos con etiquetas con alto contenido en azúcar o con contenido de edulcorantes”. La investigadora señaló que sería muy interesante conocer cómo cambian los patrones de compra y consumo de alimentos en México y Argentina, y compararlos con los de cada país. Sería cuestión de esperar la publicación de las investigaciones científicas.

Disminuye el consumo de bebidas azucaradas, pero no de alimentos azucarados

El estudio analizó la primera fase del proyecto de etiquetado frontal en Chile, que comenzó en junio de 2016. En esta fase los productos con más de 22,5 g de azúcar por 100 g de alimento sólido o con más de 6 g de azúcar por 100 ml de líquido debían llevar la advertencia: “Alto en azúcares”. Durante 2015 y 2017 se siguió el patrón de consumo de 2.381 hogares en Chile y se encontró que el número que compró bebidas azucaradas disminuyó 5,9%, pero el número de hogares que adquirió bebidas con edulcorantes aumentó 4,2%, lo que se traduce en un aumento de 26,5% por persona o 25,4 ml/persona/día. Los edulcorantes más consumidos fueron sucralosa, aspartame, acesulfame K y glicósidos de esteviol.

Hubo otro resultado que también sorprendió a los autores del estudio: los cambios en el consumo de alimentos sólidos azucarados fueron mínimos. “Llamó mucho la atención que el aumento en la compra de edulcorantes no nutritivos ocurriera principalmente en los productos líquidos, como gaseosas, jugos y néctares y leches saborizadas. Este cambio hace sentido, ya que los límites de la ley chilena para azúcares totales eran más estrictos para líquidos (6 g por 100 ml) que para sólidos (22,5 g por 100 g de alimento)”, explicó Rebolledo, destacando que será necesario realizar nuevos análisis de los alimentos sólidos, pues en una segunda fase de la ley los límites de azúcar para los alimentos sólidos se volvieron más estrictos y quizá esto pudo incentivar la reformulación ahora para los sólidos.

Un etiquetado que funciona

La especialista agregó que aun cuando existe un efecto no previsto en el consumo de edulcorantes, el etiquetado frontal ha sido un proyecto benéfico. “Es una política efectiva para incentivar la reformulación de productos y disminuir el contenido de nutrientes críticos asociados al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles. Adicionalmente hemos visto reducciones en la compra de azúcares y otros nutrientes regulados”, explicó la autora. Puntualizó que esta ley ha dejado lecciones para Chile, pero también para toda Latinoamérica, pues ha permitido mejoras posteriores en el etiquetado de otros países. Aun así, no hay que bajar la guardia y es necesario tener un conjunto de políticas que sigan contribuyendo a mejorar la alimentación de los chilenos, como subvenciones en la compra de alimentos mínimamente procesados o impuestos a alimentos poco saludables.

El Dr. Barquera concordó en que no es momento de bajar la guardia, pues en México mueren más de 40.000 personas por causas asociadas al consumo de bebidas azucaradas. Y aunque el etiquetado frontal es una medida que salva vidas, está acechado por intereses económicos. “Muchas compañías aparecen en los medios de comunicación señalando que el etiquetado no funciona porque todos los productos lo tienen”. “Pero al mismo tiempo se amparan ante la Suprema Corte de Justicia [en México]. Actualmente las 11 principales compañías están amparadas. Si el etiquetado no funciona y la gente sigue consumiendo sus productos, ¿por qué se amparan? Más bien creo que el etiquetado está teniendo un impacto importante y estas compañías tratan de detenerlo para seguir defendiendo sus ventas por encima del interés público de la salud”, concluyó.

Fuente: https://espanol.medscape.com

Referencia: Rebolledo N, Bercholz M, Adair L, et al. Sweetener purchases in Chile before and after implementing a policy for food labeling, marketing, and sales in schools. Curr Dev Nutr. Feb 2023.