UN NUEVO ESTUDIO MUESTRA RESPUESTAS INFLAMATORIAS SIGNIFICATIVAS DESPUÉS DE LAS COMIDAS

La inflamación aguda y prolongada inducida por los alimentos puede aumentar el riesgo previsto de desarrollar enfermedades cardiometabólicas como la enfermedad cardiovascular, según ha demostrado una nueva investigación. El estudio, publicado hoy en American Journal of Clinical Nutrition, es el mayor estudio global en profundidad para analizar la inflamación posprandial. Los investigadores encontraron que la inflamación, provocada por los alimentos, varía mucho entre individuos.

Los investigadores de King’s y la empresa de ciencias de la salud ZOE pudieron identificar por primera vez la influencia relativa del azúcar en sangre y los niveles de grasa en sangre sobre la inflamación, lo que demuestra un vínculo más fuerte con las respuestas de las grasas en sangre que el azúcar en sangre. Estos hallazgos destacan el potencial de estrategias personalizadas para reducir la inflamación crónica en la salud preventiva.

Dirigido por la Dra. Sarah Berry y su equipo, en colaboración con el Hospital General de Massachusetts e investigadores adicionales en los EEUU, Reino Unido, Italia, España y Suecia, el estudio PREDICT invitó a 1.002 adultos sanos que participaban en el programa de investigación PREDICT para que vinieran a la clínica de investigación del equipo por un día. A todos se les dio dos comidas estandarizadas, cada una con cantidades precisas de grasa, carbohidratos, fibra y proteína: desayuno (un panecillo y un batido) y almuerzo cuatro horas después (un panecillo).

Los investigadores tomaron muestras de sangre de los participantes antes del desayuno y en nueve momentos durante el día. Luego, se analizaron para medir los niveles de grasa y azúcar en sangre en los diferentes momentos, junto con los niveles de dos marcadores de inflamación, interleuquina 6 (IL-6) y acetilación de glicoproteína (GlycA). Los investigadores también recopilaron datos detallados sobre la salud de los participantes, incluida información sobre su dieta típica, una muestra fecal para el análisis del microbioma y un escaneo de grasa corporal.

Los investigadores encontraron que los niveles de inflamación después de comer variaban ampliamente entre los participantes, incluidos los gemelos idénticos, aunque todos comían las mismas comidas en los mismos intervalos. Las personas con más grasa corporal y un mayor índice de masa corporal (IMC) tenían más probabilidades de tener niveles más altos de inflamación después de comer, lo que respalda la evidencia actual de que el manejo de la obesidad reducirá la carga inflamatoria crónica. Los niveles de inflamación también tendieron a ser más altos en los hombres que en las mujeres y en los participantes mayores que en los más jóvenes.

Se recomendaron varias estrategias para reducir el impacto de la inflamación después de comer.

  • Controle las respuestas dañinas a las grasas en la sangre eligiendo alimentos integrales que sean más ricos en fibra y proteína magra, aumentando su ingesta de grasas omega-3 saludables de fuentes como pescado, nueces y semillas, y reduciendo su grasa corporal en general
  • Controle las respuestas no saludables del azúcar en sangre eligiendo alimentos que contengan carbohidratos complejos y fibra, como cereales integrales, frutas y verduras, y limitando los alimentos procesados ​​azucarados y los refrescos.
  • Reducir la inflamación después de comer eligiendo alimentos con alto contenido de moléculas bioactivas “antiinflamatorias” como los polifenoles, que se encuentran en frutas y verduras coloridas y otros alimentos de origen vegetal.
  • Comprenda su biología y elija alimentos que sean menos propensos a causar respuestas nocivas para la grasa o el azúcar en la sangre después de comer.

Tim Spector, profesor de epidemiología genética en King’s y cofundador científico de ZOE, agrega: “Los resultados anteriores de nuestro estudio PREDICT mostraron que la combinación de microbios que viven en nuestros intestinos, conocida como microbioma intestinal, está estrechamente relacionada con la forma en que respondemos a los alimentos, particularmente a las grasas. También hemos descubierto que la composición del microbioma está fuertemente asociada con los niveles de GlycA, lo que abre la puerta a la reducción de la inflamación relacionada con los alimentos y mejora la salud mediante la manipulación del microbioma”.

Fuente: https://medicalxpress.com

Referencia: Mazidi M, Valdes AM, Ordovas JM, et al. Meal-induced inflammation: postprandial insights from the Personalised REsponses to DIetary Composition Trial (PREDICT) study in 1.000 participants. Am J Clin Nutr. 2021 Jun 8:nqab132.