Uno de los temas de preocupación actual en Chile, es el sobrepeso y la obesidad, problemas de salud que van en aumento en todos los grupos de edad con cifras alarmantes.


De acuerdo a estadísticas revisadas en Chile, el 41% de los escolares y el 60% de los adultos presentan sobrepeso y obesidad. Por ello, es fundamental hacer cambios de estilos de vida y nutricionales que ayuden a combatir este problema.

Debemos saber además, que estos problemas nutricionales van a repercutir en la presencia de enfermedades como diabetes, dislipidemias -problemas con el colesterol-, hipertensión arterial, enfermedades al corazón e incluso aumentar la prevalencia de diferentes tipos de cáncer.

Lo primero a considerar, es hacer una selección adecuada de diferentes alimentos acordes a cada individuo, lo que usualmente no se lleva a cabo, dado que las personas tienen una idea o concepto negativo de las dietas bajas en calorías. Esto es por la restricción que antiguamente se solía hacer -las indicaciones alimentarias, eran casi extremas y las preparaciones casi no tenían sabor-.

Aquí van algunos datos e indicaciones para luchar contra el sobrepeso y la obesidad:

• Evitar el sedentarismo. Incentivar la actividad física y evitar las siestas prolongadas.
• Mantener adecuados hábitos alimentarios al interior del grupo familiar.
• Pesquisar a tiempo algún riesgo nutricional, especialmente en niños.
• Evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en azúcar, sal y grasas.
• Establecer horarios determinados de alimentación. No “picotear” entre comidas.
• No pasar más de 4 horas sin comer, esto sólo trae como consecuencia presentar mayor ansiedad.
• Evitar el consumo exagerado de alimentos energéticos -como galletas, productos snacks, productos grasosos, etc…-.
• No premiarnos con golosinas y/o alimentos.
• Incentivar el consumo de frutas y verduras -por el aporte de vitaminas, minerales y fibra-.
• Aumentar la ingesta de fibra para disminuir la sensación de ansiedad. La fibra se encuentra principalmente en alimentos como productos integrales, frutas, verduras y legumbres.
• Comer lento, en un ambiente agradable y tranquilo.

   

¿Qué debemos comer?

• Frutas frescas -máximo 3 al día-.
• Verduras de todo tipo, especialmente verdes.
• Pescados de todo tipo, especialmente grasosos.
• Disminuir la ingesta de carnes rojas y grasosas.
• Evitar frituras y alimentos elaborados.
• Preferir lácteos descremados.
• Pan integral, pero en cantidades moderadas.


¿Qué no debemos comer?

• Grasas saturadas.
• Frituras.
• Helados altos en grasa.
• Galletas y productos snacks como ramitas y papas fritas.
• Queso y embutidos.
• Leche entera.
• Aceites de mala calidad.

Es necesario reducir o evitar el consumo de:

• Productos de pastelería en general ya que suelen ser producidos con cantidades importantes de grasas.
• Comidas precocinadas. Evita las grasas animales como mantecas para cocinar.
• Grasa de las carnes, derivados y embutidos, patés, hígado, mortadela, sesos, etc...
• Bebidas y jugos.


Lic. Carmen Gloria Rodríguez
Nutricionista
 
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